José Ángel Solorio Martínez
REFORMA JUDICIAL EN RIESGO
La Reforma Judicial, que llegará a Tamaulipas, quiera la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) o no lo quiera, es probable que no sea lo saludable que en otras regiones. Es muy posible, que se reediten los mismos vicios del viejo régimen; es muy factible, que los motivos que generaron esos cambios constitucionales queden truncos –desmantelar el sistema de corrupción, permitir la emergencia de jueces honestos, limpiar los juzgados de lo peor del pasado sistema de justicia–.
¿Quién conducirá la organización y la postulación de los candidatos a jueces y Magistrados en la entidad?
¿Quién será el responsable de palomear a los aspirantes?
Por la naturaleza del proceso, será inevitable que vaya a tener metidas las manos Atanasia Contreras, la jefa jurídica del gobierno de Tamaulipas.
De su oficina saldrán los nombres de los abogados y abogados que reúnan los requisitos de elegibilidad. Las oposiciones no tendrán espacios en el nuevo Poder Judicial; no porque no existan abogados capaces en el panismo o en el emeceísmo, sino porque la estructura está diseñada para que ganen los candidatos de la IV T.
Hay grandes jurisconsultos en el PAN, como los Perales Meléndez e independientes como Jorge Ariel Castellanos, pero tiene cancelados los espacios porque la IV T se reserva esos espacios para sus abogados de confianza. O más bien: para los expertos del derecho –y aunque no lo sean– con la bendición de Tacha.
En efecto.
La abogada Contreras, dirá quién sí y quién no tiene aptitud para el cargo.
De esa manera, se construirá el renovado Poder Judicial de Tamaulipas: con los estándares de calidad de Tacha y su consorte.
Y si trasladamos la calidad y la capacidad de los directores jurídicos que designó Atanasia en las diferentes secretarías, que llenaron sus currículos con puras derrotas, ya nos imaginaremos que tipo de jueces y magistrados propondrá para limpiar el sistema judicial local.
Tacha ya es una marca en la entidad.
Es ejemplo de la abogada voluntariosa que a todas va, quien cree más en la divina providencia para enfrentar los problemas jurídicos que en los textos de derecho; es sinónimo de litigante ineficiente sostenida por el amiguismo; es prototipo de la tinterilla que a golpes de recomendación ha ascendido a los cargos públicos en que se ha desempeñado.
No se le conoce un solo éxito.
Pero eso sí: todos saben de su protagonismo.
Es la primera que sale a anunciar órdenes de aprehensión en los medios –antes que el fiscal general de Tamaulipas–; dar a conocer cambios a algunas leyes antes que el Congreso del Estado o el Secretario General de Gobierno con desconocimiento total de las implicaciones políticas o sociales que ello conlleva.
En manos de Tacha, todo está en riesgo.
Esperemos que la sensatez triunfe, y se ponga la reforma en manos de los expertos.
La Comuna
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