Por Oscar Díaz Salazar
Las conferencia de prensa que diariamente protagonizaba el ex presidente López Obrador, no eran perfectas, pero sí cumplían muchos objetivos y tenían las características para definirlas como conferencias de prensa.
Había periodistas, había preguntas cómodas e incómodas, había interlocución, había disenso, había momentos tensos, había largas intervenciones del presidente, había (representantes de) medios chicos, grandes, tradicionales, emergentes, serios, afines, contrarios, había también transcripción e interpretación de lo que se preguntaba y de las respuestas del presidente, había comunicación en dos o más vías.
En contraste, las mañaneras ejidales que convoca el presidente municipal de Altamira, Armando Martínez, son solo un mini informe semanal de los (supuestos) éxitos del alcalde altamirense, un alcalde que solo invita a la prensa afín a sus actividades y que cada lunes recita su monólogo frente a un auditorio compuesto mayormente por sus subordinados laborales.
La prueba de que Armando Martínez solo quiere lucirse con su monologue, al estilo del showmen de Televisa Adal Ramón y en el mismo estilo de la obra teatral Los monólogos de la vagina, la vimos en la mañanera de esta primer semana del 2025, cuando un ciudadano quiso plantear un asunto y respetuosamente solicitó el uso de la palabra, obteniendo como respuesta del edil de Altamira la consulta al pueblo, que desde su perspectiva lo representa su auditorio, que interpretando fielmente los deseos de su presidente, negó a coro el uso de la voz al peticionario, que no tuvo más remedio que dar las gracias y abandonar el recinto.
Así se las gasta Armando “El Vagino” Martinez.