Por: Luis Enrique Arreola Vidal
La Universidad Autónoma de Tamaulipas (UAT) atraviesa una crisis sin precedentes, marcada por corrupción, violencia e incertidumbre. Mientras el rector Dámaso Anaya Alvarado intenta proyectar una imagen de transparencia y renovación, el pasado oscuro de la institución sigue persiguiéndola con escándalos financieros y, ahora, un preocupante nivel de inseguridad.
Violencia en la UAT: el atentado contra estudiantes.
El 30 de enero de 2025, más de 50 estudiantes de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia que esperaban el transporte para ir la facultad, fuerón que testigos un vehículo Ford Mustang, cuyo conductor disparó al aire. Fuentes de Grupo Milenio señalan que el agresor podría ser un alumno de la misma universidad.
Las autoridades cerraron calles cercanas al ataque y anunciaron investigaciones, pero las dudas siguen en el aire:
• ¿Por qué las cámaras del C4 no identificaron de inmediato el vehículo y a su propietario?
• ¿Estamos ante un regreso de la violencia que azotó a Tamaulipas en el pasado?
• ¿Quién estaba detrás de este ataque? ¿Es un mensaje o un hecho aislado?
El Gobierno del Estado prometió reforzar la seguridad en rutas universitarias, pero en un estado donde la violencia es cotidiana, las palabras oficiales valen poco sin acciones concretas.
Corrupción: el cáncer que no se erradica.
Desde 2017, la UAT ha sido señalada en múltiples casos de corrupción. El más grave es su presunta conexión con la Estafa Maestra, un esquema de desvío de recursos mediante universidades públicas y empresas fantasma. Víctor Hugo Guerra García, exsecretario de Administración y primo del exgobernador Francisco García Cabeza de Vaca, ha sido denunciado por su participación en estas prácticas.
En 2021, la UIF detectó irregularidades financieras, y en 2022, el Congreso de Tamaulipas emplazó al Secretario de Finanzas de la UAT por la venta fraudulenta de vehículos universitarios.
A nivel internacional, en 2015, se reveló que un empleado de la universidad recibió dos millones de dólares en sobornos de empresarios texanos a cambio de contratos con la institución.
El reto de Dámaso Anaya: expansión académica o simulación
A pesar de la crisis, la administración de la UAT ha anunciado la apertura de 16 nuevas licenciaturas y presume su avance en el ranking UniRank 2024, donde pasó del puesto 44 al 43 entre 540 universidades mexicanas.
Pero, ¿puede una universidad con problemas estructurales realmente sostener una expansión académica? Sin recursos financieros transparentes, más estudiantes significan mayores necesidades de infraestructura y personal docente.
El verdadero reto de Dámaso Anaya no es solo mejorar la imagen de la UAT en rankings, sino erradicar la corrupción y modernizar la institución con un enfoque real en la educación de calidad.
Conclusión: ¿reforma o simulación?
La UAT está en una encrucijada:
• O transforma su sistema de raíz, o sigue siendo un nido de corrupción, ineficiencia y ahora, violencia.
El rector Dámaso Anaya tiene dos caminos:
• Hacer historia como el líder que purgó a los saqueadores de la UAT y castigó a los responsables.
• Convertirse en otro administrador más que maquilló la podredumbre con discursos de cambio y promesas vacías.
La comunidad universitaria y la sociedad tamaulipeca tienen derecho a respuestas:
• ¿Dónde está el dinero robado?
• ¿Quién protege a los responsables?
• ¿Qué hará la UAT para garantizar la seguridad de sus estudiantes?
La crisis no es solo de la UAT. Es un reflejo del Tamaulipas en el que vivimos. Y como siempre, la pregunta clave sigue siendo la misma:
¿Habrá justicia o seremos testigos de otro capítulo más en la historia de la impunidad?