La Comuna

Opinión

 

José Ángel Solorio Martínez
El ninguneo de Sheinbaum a Piña
¿Fue una falta republicana de la presidente Claudia Sheinbaum Pardo, el no invitar a la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) al festejo 108 de la Constitución?
No.
Si la pregunta se contextualizara con la conducta antipatriota, clasista, venal, enemiga del pueblo, aviesa, golpista de los ministros -a cuya cabeza estuvo Norma Piña- nada tenían que hacer en el evento que los Poderes de la IV T encabezaron el 5 de febrero. La SCJN, se puso al lado de los que maldicen los avances constitucionales. Se significaron con la llegada de Andrés Manuel López Obrador a la presidencia, decían ellos, como contrapeso a los excesos del poder presidencial.
Lo cierto es que, en una actitud facciosa, se pusieron al servicio de las élites y del gran capital. Defensores, dinero a cambio, de los beneficios políticos y económicos de unos cuantos contraviniendo los principios de la Constitución que juraron defender.
Trabajaron durante el sexenio de AMLO como militantes del PAN.
Miles de amparos fueron otorgados para entorpecer las obras de López Obrador.
Se convirtieron de hecho en la oposición más estridente y rabiosa de la Cuarta Transformación.
Con cinismo, clamaban su independencia para servir a los potentados de México; se declaraban justos, inclinando la balanza de la justicia a cambio de recompensas económicas.
Se autonombraban garantes de la Constitución y la violentaban: cuando se elevó a rango constitucional el salario del presidente de la república -y que ningún servidor público debería ganar más- los ministros desatendieron ese precepto y se declararon en rebeldía y hasta hoy, siguen percibiendo los salarios descomunales.
Las voces de la derecha que defendieron a los ministros alentaban las acciones facciosas como estrategia para generar ingobernabilidad en el país.
¿Qué tenían para festejar la SCJN este 5 de febrero?
¿Se puede aplaudir la Constitución con quiénes la incumplen?
Nunca.
Sheinbaum hizo lo correcto.
Nada tenían qué hacer los ministros en ese acto.
En un acto en donde la presidente Sheinbaum se pronunció por la soberanía, la independencia y la autodeterminación de México no había lugar para ministros como Piña.
Cuyo pensamiento es divergente; y no sólo eso: esa ideología es la impronta que caracteriza su trabajo de juzgador.
La conducta republicana se caracteriza por el respeto mutuo.
Es la civilidad entre los tres Poderes.
De un tiempo acá la ministro Piña había roto el protocolo; con insolencia, marcó distancia entre ella y el Poder ejecutivo.
No saludar el presidente AMLO, era su forma de exhibir su autonomía.
La oposición la hizo su heroína.
¿Por qué los defensores de la podrida SCJN no se explican el ninguneo a Piña?

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