Por Adán Echeverría
Recientemente se volvió tendencia en redes y gran parte de México se dedicó a hablar del tema de una chica de 17 años con una hija de 7 meses, que acuchilló a otra chica de 18 años en un departamento en exclusivo edificio de una zona de alta plusvalía de la Ciudad de México.
Decenas de comentarios se hicieron al respecto: que si la chica sufría depresión post parto, que si había enloquecido porque su mejor amiga le había quitado al padre de su hija, decían algunos de los comentarios que intentaban entender el episodio psicótico que motivó el ataque. Por otro lado se encontraban los generadores de odios y venganzas; sí, esos que luego se dan cita por redes sociales para ir a atacar a un ruso que había hecho cosas muy malas en una ciudad, o la cantidad de linchamientos que detonan en redes sociales y hacen que multitudes busquen lastimar la integridad de las personas, hay un caso muy reciente en Yucatán, donde en un poblado quemaron vivo a un joven adicto que había privado de la vida a una mujer de la tercera edad. Esos personajes llenos del odio, rabia y la cobardía que entrega el anonimato en una red social, no solo querían que se hiciera justicia, deseaban hacer justicia por mano propia. Quería que la joven de 17 años, lo menos, pasara unos 46 años en la cárcel, o que se le diera el mismo trato que al “influencer” de 26 años que en vídeo se observa golpeando a mansalva a una mujer mayor de 50 años.
En el colmo de la ignorancia decidieron que es lo mismo un tipo de 26 años que pesa más de 81 kg y mide poco más de 1.70 que golpea traidoramente a una mujer de 50 años, sin que la otra pueda defenderse. Que lo que ocurre en una riña entre una chica de 17 años con una joven de su tamaño y complexión de 18 años. Desde ahí son cosas diferentes. Por otro lado, están las leyes, simplemente eso. En México la mayoría de edad es a los 18 años, no a los 17 años con 11 meses y 29 días. Por eso es que la joven de 17 años que acuchilló a la otra, que ahora se encuentra en terapia intensiva bajo un coma inducido y puede perder la mano derecha, no será juzgada como adulto. ¿Quieren que eso cambia? Tengan mucho cuidado con lo que desean.
La pregunta que muchos nos hacemos es: ¿cómo llegó esa chica de 17 años con una beba de 7 meses en avión de Cancún a la CDMX? Cuando se es menor de edad, las aerolíneas piden que algún adulto, mayoritariamente los padres, firmen documentos, formatos, que los haga responsables del menor que viajará en sus aviones y vuelos. ¿Por qué no se habla de la chica de 16 años que fue embarazada por el mismo chico que fue a visitar en la CDMX? En esa “moralderedsocial”, es mejor subirse a lo que la mayoría diga: hay que pedir la más grande condena a la joven de 17 años, que fue abandonada por sus padres, que fue expulsada de la preparatoria, que empezó una vida sexual a temprana edad, que trabajaba (ganaba dinero por su contenido en redes), que fue embarazada a los 16 años y abandonada por el padre de la niña. Parece que, de eso, es mejor no hablar.
Para 2020, el 2.4% de las mujeres de 12 a 17 años en México eran madres. Esto significa que 153,485 mujeres menores de 18 años tuvieron al menos un hijo nacido vivo. Casi uno de cada 5 de los nacimientos ocurridos anualmente en México, son en mujeres menores de 20 años.
Si a esto le sumamos que el promedio de escolaridad en México es de 9.7 años para la población de 15 años y más, lo que equivale a poco más de la educación secundaria, y consideramos que la chica de 17 años, influencer que atacó a cuchillazos a otra joven, abandonó la prepa. Que el joven de 26 años que golpeó a una mujer mayor de 50 años, y que también se decía “influencer”, es otro que tampoco acabó la educación preparatoria. Tenemos lo siguiente: hombres y mujeres con nula o muy poca educación siendo los “influencers” de mexicanos y mexicanas