Por Oscar Díaz Salazar
La tercera ley de Newton, también conocida como el principio de acción y reacción, establece que para toda acción existe una reacción de igual magnitud y sentido opuesto.
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Me acordé de mis clases de física, en la prepa y en la UANL, al intentar comprender los escándalos que han protagonizado los “avanzados”, los jóvenes promesas que estaban destinados a ser el relevo generacional del grupo gobernante.
Vincular al detenido -con droga- por las autoridades norteamericanas de Brownsville apodado La Fresa, con el municipe matamorense y con el hijo de YSQ, tiene toda la apariencia de ser reacción a las auditorías y clausura de negocios del hoy diputado federal que gobernó por un sexenio mi Matamoros querido, lo que nos lleva a suponer que conserva aliados y contactos en el gobierno municipal, en el partido, en la clase política y en la prensa. ¿Acción y reacción?
Que al presidente municipal suplente de Victoria y secretario del Trabajo del gobierno de Tamaulipas, le hubieran encontrado más propiedades que el agua de tlacote, el nopal, las hojas de nim, la soya y el jugo verde, todos juntos, suena a reacción, patadas de ahogado y respuesta de pandillero, a la cada vez más cercana posibilidad de sustitución del Lalillo Gattas por el vecino de Puerta de Hierro… y de cuatro o cinco fraccionamientos más, de acuerdo a las notas redactadas y divulgadas por la pandilla del 17 Hidalgo.
Pero la tercera Ley de Newton no la conocen o no la entienden los que piensan que el movimiento político en Tamaulipas obedece a una ley única que señala que todos los males habidos y por haber, por los siglos de los siglos, amén, los ha causado Cabeza de Vaca.
Los protagonistas de primer nivel de la política en nuestro estado, el grupo gobernante, debería saber o recordar que las guerras civiles (guerras internas) son las más perjudiciales y dolorosas, que el que se lleva se aguanta y que a toda acción le sigue una reacción, y que si bien en física (mecánica) se trata de una reacción de igual magnitud, en política suele ser de magnitud superior, de tal manera que escalan los conflictos.
