La Comuna

Opinión

José Ángel Solorio Martínez
OLGA Y MAKI, DE SUCIO PLUMAJE
Las senadoras Maky Ortiz Domínguez y Olga Sosa –una del Partido Verde, la otra de MORENA– andan desaforadas diciéndose precandidatas a la gubernatura de Tamaulipas. La reynosense, hace sólo unos días en el sureste mexicano se auto-destapó y la tampiqueña, a diario promueve diferentes acciones con fotografía, en donde destaca su sonrisa grotescamente fingida.
La realidad es que ninguna de la dos, tiene el empaque suficiente para que sus respectivos partidos la nombre su abanderada.
Falta que corra mucha agua bajo del puente, para que los sueños de éstas dos damas pueda concretarse.
Olga, primero tiene que lavarse el rostro que está manchado por el guachicol. Es una cicatriz que la acompañará por largo tiempo y que le reventara –si es que llega– en un proceso electoral que será más competido de lo que los morenistas consideran.
Sus vínculos con esos personajes bajo sospecha pueden afectarla, en el momento menos pensado. En Estados Unidos, existen varios procesos e investigaciones que sin duda la salpicarán.
Es prudente preguntarse:
¿Quién financia la precampaña de Olga Sosa?
¿Los Carmona –o sus sucesores– siguen con los programas de apoyo económico para los políticos tamaulipecos?
¿Qué otros precandidatos están siendo beneficiados?
No se puede poner en riesgo la estabilidad de la frontera. Las políticas de Donald Trump ponen bajo la lupa no sólo a grupos antisociales; también, a los candidatos que ellos apoyen. La senadora Sosa, como gobernadora de Tamaulipas, sería vista con suspicacia por el gobierno norteamericano y sus agencias.
¿Se le darán más armas a Trump, para su visión intervencionista en México?
¿Se permitirá, que Sosa incremente las presiones de USA en contra de la presidenta, Claudia Sheinbaum?
Doña Maky está en similar situación.

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