«TERCER INFORME DE VILLARREAL ANAYA»
Por Felipe Martínez Chávez
Cd. Victoria, Tamaulipas.- Hay está. El III Informe de Américo será en
Tampico (se entrega al Congreso y luego la comparecencia ante la
ciudadanía).
Los reflectores volverán al puerto luego que el 30 de noviembre de 2008
Geño Hernández, en un gesto de descentralización, presentó ahí su IV
informe de actividades. La Constitución dice que deben ser en la capital.
El primero que se acordó del puerto fue Tomás Yarrington cuando
programó ahí un evento. Fue la primera vez en la historia de Tampico desde
su fundación en 1823 por Antonio López de Santa Anna.
El nombre original es Tampico de Santa Anna, que luego quedó en
simple Tampico (versión Tamaulipas).
Ni por ser originario del sur, Manuel Agapito Ravizé Risser fue para
programar un evento en “su casa”.
Egidio Torre, el sepulturero del PRI, se acordó en una ocasión de
Reynosa. Ahí aterrizó informe.
Don Enrique Cárdenas González es quien comenzó con los informes
itinerantes. Llevó sus eventos a Valle Hermoso, Hidalgo y Madero con todo
y sesión solemne del Congreso del Estado.
En su último informe, marzo del 2022, violando veda electoral por la
revocación de mandato (presidencial), Francisco García hizo réplicas en las
grandes ciudades, luego de entregar el documento en Victoria. Andaba en
campaña.
Usted se preguntará ¿qué tiene que informar Américo? La respuesta es
que bastante, sobre todo del “puerto seco” que será una realidad en Victoria
para facilitar movimientos de carga por los puertos de Altamira y Tampico.
Es una obra emblemática de Américo, aunque ha sido cauteloso y no
quiere adelantar progresos. De que es una realidad, lo es, se compraron
terrenos y comenzaron trabajos con un presupuesto de 500 millones de
dólares. El Informe será la oportunidad para explicarlo.
En una primera etapa trabajarán en 55 de las dos mil hectáreas que
componen el proyecto. Deberá iniciar operaciones en 2027, es decir, un año
antes que termine la administración americanista. Será un motor para el
desarrollo de la región central del estado.
Son muy pocos las instalaciones de este tipo en México, y a eso le
apuesta Américo. Ya que tiene el “pájaro en mano” podría hacer el anuncio
formal del proyecto.
Otra de las obras insignia de AVA es el Puerto del Norte, o de
Matamoros, que el Gobierno del Estado maneja a través de la
Administración Portuaria Integral de Tamaulipas, en que es socio
mayoritario al lado de ITAVU.
Con tres tramos de atraque, el puerto se hará realidad muy pronto. Las
obras están en marcha.
Es un viejo proyecto que los últimos gobernadores no pudieron sacar
adelante. La empresa se constituyó el 8 de septiembre del 2000, adscrita a
la secretaría de Desarrollo Económico pero Tomás, Eugenio, Egidio y
Cabeza de Vaca querían que todo les cayera de la federación y ellos
saludar con sombrero ajeno.
En 2016 la API fue sectorizada -malamente- a la Secretaría de Obras
Públicas. En 2017 se le entregó a la Comisión de Energía, y en 2023, a la
desaparición de esta, pasó a depender de Desarrollo Energético.
Después de andar por varias sectores, el Congreso del Estado decidió
este martes que sea una empresa de la secretaría de Desarrollo
Económico.
De que Américo concretará estos dos magnos proyectos, no hay duda.
En eso ha trabajado desde antes de octubre del 2022.
Recordar que dos Gobernadores quisieron dejar escritos sus nombres
en letras de oro en tierras cuerudas, pero sus proyectos no cuajaron.
El primero, Norberto Treviño Zapata con la faraónica obra de un canal
intracostero de Tuxpan, Veracruz, a Matamoros, Tamaulipas. En el primer
informe anunció el arranque de las obras. En el segundo y tercero dijo que
“ya merito”.
En adelante no volvió a tocar el asunto. Su gran legado a esta su tierra
quedó en la nada.
Igual con Manuel Cavazos Lerma y su intracostero, este de Altamira a
Brownsville. Licitó y asignó la obra a Grupo Lobo, de Nuevo León, cuyos
líderes al final echaron reversa porque se dieron cuenta que era una utopía
muy cara.
Treviño y Cavazos construyeron castillos en el aire. Villarreal avanza con
las obras.
Y bueno, terminó la novela construida desde los sótanos inmorales de la
oposición a Morena, en que colocaron como personaje central a un Juan
Pablo Penilla Rodríguez, originario de Tamaulipas y presunto abogado de
Ismael “El Mayo” Zambada, a quien quisieron relacionar con los gobiernos
federal y de Tamaulipas.
Los mariachis callaron cuando se difundió que fue el PAN y sus
machuchones quienes homenajearon al señor Panilla, como “Embajador
Internacional por la Paz”.
Asunto concluido también cuando la Presidenta Sheinbaum se desligó,
dijo no conocer al abogado y afirmó que “nosotros no establecemos
relaciones de complicidad ni de contubernio con nadie”.