MELITON GUEVARA CASTILLO.
«CHANTAJE»
El cemento es lo que une fuerte los cimientos de una casa; nos dicen que el amor filial es lo
que fortalece a una familia y en un matrimonio es el amor. Me pregunto, ¿Qué une a la
política con la corrupción? Creo que solo hay una herramienta valida: el chantaje, que va
hacia los dos lados. Para que haya corrupción debe haber, como en los pleitos, cuando
menos dos: sin embargo, en muchas historias de corrupción como de delincuencia aparece
el chantaje: el que se hace al policía o a la inversa, el que se hace al delincuente para
hacerse de la vista gorda.
La historia política muestra que el primer acto de corrupción lo cometió la Malinche:
resulta, según esta versión, que, al ser torturado, que le quemaron los pies a Cuauhtémoc, el
sí respondió con la verdad, dijo donde esta el tesoro de Moctezuma. La Malinche, que era
la interprete, cambio la historia. Así cuentan, se cometió el primer acto de corrupción. Hoy
en día, los actos de corrupción se dan todos los días y en todos los niveles, según se
desprende de los estudios de la Auditoria Superior de la Federación.
PESO O BALAS.
En la historia de la corrupción hay evidencias de su forma de operar. Por ejemplo, en los
tiempos priistas, para sacar a alguien de la jugada, se estilaban procesos diversos: el
primero, el mas sencillo, era ofrecerle una salida airosa, que se retiraba y a cambio le daban
un maletín lleno de dinero. Si no estaba de acuerdo, le enseñaban un maletín con carpetas
de sus expedientes (hagan de cuenta la carpeta azul de Yunes en Veracruz), así que, si no
aceptaba el dinero, pues la opción era la prisión, juzgarlo por sus pillerías.
Hace tiempo cuando empezó a generarse la violencia de grupos criminales en la frontera
norte, detuvieron a uno conocido como el profe Olivares (sus memorias se venden en
Amazon) y en una de sus declaraciones o entrevistas, la verdad no recuerdo bien, dijo que,
para chantajear a un político, que fuera cómplice, había plata o plomo, pero que también se
usaban los favores sexuales.
CORRUPCION INEVITABLE.
La corrupción en el gobierno es inevitable. Y la mas peligrosa es la que tiene que ver con la
delincuencia organizada. Porque los delincuentes, en aras de hacer florecer sus negocios,
buscan la complicidad gubernamental. Y los hechos la confirman: hace tiempo un diputado
federal por Matamoros, declaro que ellos habían negociado para que pasaran, por un lado.
En tanto que al pasar los años, un exgobernador de Quintana Roo, Mario Villanueva fue
detenido y juzgado en los Estados Unidos. Los tamaulipecos no olvidamos tampoco, que un
exgobernador igual, fue juzgado y sentenciado por aceptar sobornos del crimen organizado.
Cuando nos hablan de que hay colusión del gobierno con los delincuentes, por los
antecedentes, es difícil no creerlo. La cuestión es que, entre unos y otros se chantajean,
precisamente porque al ser cómplices, se saben, conocen, las pillerías en las que estuvieron
juntos. Genaro García Luna, hasta donde se sabe, no compartió culpas o al menos no señalo
con el dedo y al, delincuentes confesos, lo señalaron de recibir sobornos. Así que, hoy por
hoy, estamos viendo una película de ese tipo con la detención, los mensajes y la ultima
carta de El Mayo Zambada.
AMENAZANTE CHANTAJE.
La premisa es que hay corrupción en, digamos, algunos gobiernos: son cómplices. Así fue
como cayo Genaro García Luna. Ahora con la ultima carta de El Mayo, hagan de cuenta, es
una amenaza: no quiere morir y, para eso, amenaza al gobierno mexicano: afirma que
puede haber un colapso bilateral, México-Estados Unidos. Es la encrucijada de la
presidenta Claudia Sheinbaum, le hace caso o lo deja, como quien dice, morir. Amenaza,
debemos pensar, porque tiene información que puede hacer daño al gobierno o a ciertos
políticos.
En derecho, por ser mexicano, debe defenderlo; pero todos sabemos, no es un mexicano
cualquiera, es el líder de una banda criminal, cuya acción ha dañado a miles y miles de
individuos, de aquí y de allá. Precisamente por eso, este detenido. Para ser juzgado,
sentenciado y el, por lo que se lee en su carta, tiene miedo a que le apliquen la pena capital.
Su único recurso, se cuenta, es hacer una negociación a cambio de su vida: dar información,
salpicar con la culpabilidad a otros, la cuestión es: ¿Quiénes han sido sus cómplices
institucionales?
CULEBRON.
Diría un español: estamos viviendo un culebrón, una telenovela mexicana, que esta en su
parte intermedia: ya se conocen los protagonistas, pero falta que agarre intensidad, que se
incendie la emoción, para que la trama agarre vuelo y pueda haber un desenlace… así fue el
caso de Genaro García Luna y al final, no hubo nada sorpresivo: culpable y punto. En este
caso la presidenta bien puede exclamar:
Quién este libre de culpa, que tire la primera piedra.