LA COMUNA

Opinión

Illoldi y Hernández Navarro, defraudan a trabajadores

José Ángel Solorio Martínez

Cuando se pensaba que la corrupción en el Sector Salud había tocado fondo, llegó el secretario del Trabajo, Luis Gerardo Illoldi Reyes y hundió aún más al secretario de Salud, Vicente Joel Hernández Navarro. Inusitado, absurdo: en plena comparecencia ante el Congreso del Estado, una persona afectada, denunció las anomalías de ambas dependencias y ambos titulares.
¿Quiénes son los afectados?
Quién más: los trabajadores.
De no creerse.
Las dos dependencias, se ponen de acuerdo, para rasurar el monto de los laudos de los trabajadores.
A juicio de la quejosa –interpeló al secretario en la Sala de Prensa, ante el asombro de los informadores– le cobran –en complicidad secretaría de Salud y secretaría del Trabajo– un 20 por ciento de lo que ordena pagar la secretaría a cargo de Illoldi Reyes.
Esa cantidad, corresponde a las indemnizaciones de empleados despedidos por el Sector Salud: de la totalidad de los pagos, sólo el 80 por ciento es de los trabajadores.
El resto –20 por ciento– se lo reparten el secretario de Salud y el secretario de Trabajo.
No se había visto tanta impunidad ni tanta desvergüenza.
(Hay que anotar otra parte: los honorarios de los abogados que le dieron seguimiento a la queja laboral, es de aproximadamente del 20 al 30 por ciento del total que reciben los despedidos).
Es decir: sólo le quedan, un 50 o un 60 por ciento –-si bien le va– al empleado o más bien: al desempleado.
Ni para donde se hagan los secretarios.
La señora inconforme los señaló directamente.
Cientos se trabajadores están en esa situación.
De todos los lugares del estado.
Esa anomalía se viene practicando desde el sexenio de Francisco García Cabeza de Vaca.
Ambas secretarías, y ambos funcionarios, están bajo el escrutinio público. Hernández Navarro, ha sido acusado –no ha dado explicaciones válidas– de otorgar contratos millonarios a empresas por lucrativos moches los cuales cobran sin entregar el material comprado. Más de 500 millones, andan bailando por ese volátil concepto.
En tanto Illoldi, tiene una investigación de la Contraloría estatal por su enriquecimiento inexplicable. Con un salario de poco más de cien mil pesos mensuales, es actualmente propietario de casi una docena de mansiones en exclusivos fraccionamientos.
Tratando de evadir la lupa de la indagación, el secretario del Trabajo argumentó que desde antes de trabajar en el gobierno ya era rico. Esas propiedades –dice– son producto de la herencia que le dejaron sus padres.
El doctor Hernández Navarro, no ha dado excusa de su poderío económico.
Son osados, los dos pájaros de cuenta: quieren cambiar pesos por libertad.

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