Monos
Los moneros son geniales.
En unos cuantos trazos nos dan a conocer aquello que merece ser destacado, la noticia más relevante del día o el tema de actualidad.
Su humor ácido muchas veces obliga a las personas de poder a corregir el rumbo de sus acciones.
No es el caso del Pejidente ALMO, a quien no lo corrigiera ni su abuelita, si esta aún viviera, menos unos pinches caricaturistas fifíes de pacotilla.
Gracias al reporte de la empresa Pop Group que todos los días manda mi amigo y catedrático de la Universidad Tamaulipeca Charly Rock-Hill (Carlos Peña), es que puedo disfrutar el contenido de los cartones que se publican en los mejores diarios del país.
Por ejemplo, hoy aparece en Reforma la caricatura de AMLO haciendo un minuto de silencio, mientras a sus espaldas, la Muerte con su carretón repleto de ataúdes le dice: “Aquí traigo los minutos de silencio”. Camacho, es el autor de esta viñeta.
En la Sección Nacional del mismo diario, el Pejidente en medio de muchas cruces, mientras una de ellas le dice: “¿Y si mejor se pone el cubrebocas?”
Nos vamos con El Heraldo de México. Alarcón nos presenta una caricatura con un obeso cerdo antropomorfizado que lleva una camiseta roja con la frase “4T Proyectos”, mientras que señala con el dedo índice a las urnas que se encuentran apiladas: “¿Ya ven? Por comer chatarra”.
El cartón más genial me pareció el que publicó El Economista: El Subsecretario de Salud, López-Gatell, persiguiendo con una tabla con clavo, al estilo Ma Linda, al pinche Osito Bombo, al Cheeto, al Gansito y a la cara de Sabritas. El título de la caricatura es: “Enemigos de la salud”.
En el mismo rotativo, Chavo del Toro presenta a alguien que se parece a Felipillo Calderón, texteando su celular, mientras que un cuervo negro con el nombre “Odebrecht” está parado sobre su cabeza. El título de la viñeta es: “Pájaro de Cuenta”.
Seguimos con El Economista: Perujo nos dibuja al Osito Bombo y a la cara de Sabritas, con un fondo de fichaje. El título es: “Fichados”.
No podía faltar Magú, con sus distorsionados personajes que publica diariamente en La Jornada. En esta ocasión presenta al Pejidente ALMO y a López-Gatell haciendo un minuto de silencio, mientras que un letrero indica con luces que hemos llegado a los 50 mil fallecidos por COVID-19.
El monero expresa que al Pejidente le importa más su lucha contra la corrupción que contra el coronavirus y termina diciendo que cuando acabe todo esto habrá pocos mexicanos para aplaudirle. Y, por supuesto, incluye un cubrebocas colgado de un clavo, con una telaraña y la leyenda: “Para cuando acabe con las ratas”.
A mí me hubiera gustado ser caricaturista.
Es bien padre porque te ahorras tanto rollo, como el que mis dos o tres lectores están leyendo ahora, y con sólo unos trazos del lápiz puedes partirle la mandarina en gajos a cualquier político mamila que se esté pasando de verdolaga. (Nota de la Redacción: Nótese que el columnista evitó el uso de palabras tabú y en su lugar escribió sus correspondientes eufemismos. ¡Bien por ti, Pegaso!)
Pero por algo Diosito no les dio alas a los alacranes.
Por consiguiente, y en vista de las circunstancias, los dejo aquí con el esperado refrán estilo Pegaso que a la letra señala: “Los individuos cuya praxis son los asuntos públicos, de manera semejante a los dípteros, se les provoca la suspensión de sus signos vitales mediante golpes propinados por publicación de tiraje diario”. (Los políticos, como las moscas, se matan a periodicazos).