KKK
Desde que ganó por primera vez la elección para Presidente de Gringolandia, esta columna ha advertido del peligro que representa el mofletudo sujeto que se sienta detrás del escritorio Resolute, en la Oficina Oval de la Casa Blanca.
El mundo no me hizo caso y ahí están las consecuencias: El Trompas ha instaurado un Cuarto Reich de forma nominal y ahora cada policía de ese país se cree un miembro del Ku Kux Klan.
Muertes de negros a manos de supremacistas blancos y agentes gringos los ha habido por montones, pero hoy adquieren un nuevo significado porque hay un nazi en la Presidencia.
El 24 de mayo de este mismo año, en Mineapolis, George Floyd, un ciudadano afroamericano falleció de asfixia luego de que un cumplido policía le puso la rodilla en el cuello, hasta causarle la muerte.
Las protestas no se hicieron esperar y los disturbios en las principales ciudades del país se produjeron como una reacción en cadena.
Luego, el 13 de junio, en Atlanta, otro ciudadano de color llamado Rayshard Brooks fue balaceado por agentes policiales y murió después que fue llevado a un hospital.
El 24 de agosto todos vimos cómo, en una detención rutinaria que se salió de control, otro hombre afroamericano recibió siete balazos en la espalda por parte de ¿a que no saben de quién? ¡De otro policía!
Es un hecho que durante los últimos años se han fortalecido los grupos supremacistas blancos.
Este movimiento sugiere que las personas blancas son superiores en muchos aspectos a las de otras etnias, principalmente las razas negra, oriental y latina.
Y esto no lo digo yo. Si mis dos o tres lectores no me lo creen, entren a Internet y tecleen en Google: “Supremacía blanca”. Les van a aparecer muchas páginas que hablan del racismo gringo que se basa en ideas que surgieron con el nazismo.
Hay cientos de grupos supremacistas blancos en territorio de los EEUU, pero para darles una probadita, aquí están algunos de los más picudos: Movimiento de Resistencia Afrikáner, Partido Nazi Americano, Hermandad Aria, Nación Aria, Frente Revolucionario Ario, Partido Nacional Británico, Partido Nacionaldemócrata de Alemania, Iglesia Conservadora Cristiana, Identidad Cristiana, Combat 18, Blood and Honour, Hammerskins, Alianza Nacional, Consejo de Ciudadanos Conservadores, Hammer Skins Confederados, Liga de Defensa del Condado de Forsyth, Heritage Front, Ku Kux Klan, White Power Skinhead, Legión de Guerrero Arios, Partido Verde Nacional Socialista Libertario, Asociación Nacional para el Progreso del Pueblo Blanco, Partido Nacionalista de Canadá, Frente Nacional de Nueva Zelanda, Trueno Nórdico, The Order, Posse Comitatus, Resistencia Aria Blanca, Consejo de Ciudadanos Blancos, Partido Patriótico Blanco, Iglesia Mundial del Creador/Movimiento de la Creatividad, Bases Autónomas, Unidad Nacional Rusa, Movimiento Ciudadano Pro Alemania, Liga de Defensa Inglesa, Movimiento de Resistencia Nórdico, Movimiento Identitario, National Front y Partido Republicano.
Entre los más connotados miembros de la derecha supremacista encontramos nombres como John Bean, Don Black, Andrews Brons, George Burdi, Richard Girnt Butler, Willis Carto, David Copeland, Wolfang Droege, Wolf Rüdiger Hess y, ¡sí! Donald Trump, alias El Trompas.
Conforme se acerque noviembre, mes de las elecciones, las protestas contra el racismo y la intolerancia seguirán creciendo en los Estados Unidos. Las minorías se van a levantar para evitar la reelección del rufián, remedo de Hitler.
Desde aquí les envío un mensaje a todos los güeros que no pertenecen a algún grupo supremacista y que quieren la paz para su país: Manden por un tubo a El Trompas.
Si alguna vez va a pedirles el voto, estiren su mano derecha, coloquen la palma de la mano hacia arriba, cierren todos los dedos, excepto el cordial y mantengan la misma posición por unos momentos.
Decía yo hace cuatro años que El Trompas sería el hombre que apretaría el botón del fin del mundo.
No lo fue durante el tiempo que ha estado en la Casa Blanca, pero nadie puede asegurar que si se reelige, no vaya a hacer alguna travesurilla y le pique al botón rojo, como ocurrió en Terminator 3: La rebelión de las máquinas (Dirección de Johnatan Mostow, con Arnold Schwarzenegger, Kristina Loken, Nick Stahl y Claire Danes), cuando el padre de Katherine Brewster pone en funcionamiento la Skynet.
Por eso les digo: Allá ustedes si lo reeligen. Después no vengan a quejarse conmigo.
Termino mi colaboración de hoy con el refrán estilo Pegaso: “A posterior avistamiento, little kid). (Hasta la vista, Baby).