AL VUELO/ Por Pegaso

Opinión

Viejerío

Ya que las feministas insisten en hacer paro general de actividades el día 9 de marzo, pregúntome yo si acaso eso servirá de algo.

Desde acá, arriba de mi cumulonimbus favorito, creo recordar que todo empezó como uno de tantos memes, hace poco más de un mes, pero pronto empezó a tomarse como bandera política de los grupos opositores al Gobierno del Pejidente ALMO.

Los fifís tomaron la causa feminista, ellos que siempre han sido misóginos hasta el tuétano, como cuando el Jefe Ciego decía que el viejerío debía estar en la cocina o cuando Fox se refirió a las mujeres como lavadoras de dos patas.

Y por debajo del agua, pagan grandes cantidades de lana a las activistas de organizaciones en pro de las mujeres para moverle el tapete a la 4T y en un caso muy remoto, hacer que renuncie el Peje del Ejecutivo.

Ya lo advertía yo. El movimiento se ha contaminado con la presencia de fuerzas fascistas de ultraderecha, pero por el otro lado, la izquierda radical no curte tan malas vaquetas.

Tratando de desvirtuar el movimiento “Un Día sin Mujeres”, la esposa del Pejidente convocó a una marcha nacional el día 8 de marzo, uno antes que el paro nacional convocado por las feministas.

Puede que mi apreciación moleste a alguien.

Lo que estoy diciendo es que todo esto está manipulado, por uno y por otro lado.

¿Acaso las mujeres tienen que llegar a esos extremos para alcanzar algo tan difuso como el empoderamiento?

La lucha de varias décadas para lograr espacios similares a los que tienen los hombres en política, en la administración pública y en otros ámbitos de la vida del País ha dado buenos resultados, y ahí las tienen, en la Cámara de Senadores, en la de Diputados y en la mayoría de las dependencias públicas.

Eso es prueba de que han logrado o están a punto de lograr la igualdad de género.

Sin embargo, a mí en lo particular me hace ruido ese terminajo.

Si por ley se deben otorgar la mitad de las candidaturas a las féminas, entonces ¿dónde queda la capacidad de cada individuo?

Yo admiro a la ex Primera Dama de los Estados Unidos, Michelle Obama, que decía que a una persona se le debe reconocer por su capacidad, no por ser mujer u hombre.

¿Nos diferencia ante la ley tener vagina o pene? Yo creo que no.

Y en la realidad, en el lenguaje jurídico no existe la palabra feminicidio, sino que se trata de un homicidio.

Términos como infanticidio, gerontocidio, parricidio y feminicidio fueron acuñados por los medios de comunicación para dar a entender algo específico, pero como todos somos parte de una especie, el Homo Sapiens, debe hablarse de homicidio, en general.

No incurramos en absurdismos como el que diariamente cometía el Señor Juez de la Tremenda Corte, aquel programa radiofónico cubano de los 60 y 70.

Llegan Rudecindo y Nananina a denunciar a Trespatines por haberse robado un cotorro y el Señor Juez decía: “Que pase el acusado de este cotorricidio”.

Los días 8 y 9 de marzo serán muy interesantes. Se celebrará el Día Internacional de la Mujer, y en México, el Zócalo capitalino, el monumento a la Revolución y el Ángel de la Independencia se convertirán una vez más en ring de boxeo para chairos y fifís.

Termino mi colaboración de hoy con el refrán estilo Pegaso, cortesía de Pepe “El Toro”: “Sin pronunciar palabras, fémina, blandes arma punzocortante”. (Ni hablar, mujer, traes puñal).

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