AL VUELO/ Malandro 

Opinión

Por Pegaso 

¡Por fin! Este sábado 26 de septiembre se estrena en la pantalla grande la película “Malandro”, del laureado director Frank González, con el primer actor Poncho De León y la actuación estelar de Francisco (Frank) González, con Alexis Reyes, Jubenal Zacarías, Víctor Vázquez, Marcelo Barajas, Beatriz González y toda una constelación de nuevas promesas del cine nacional e internacional. 

Creo que también tiene por ahí un cameo nuestro buen amigo Renato Zamudio y algunos colados que tuvieron su momento de fama. 

La premiere mundial será en Cinépolis Morelos y solo se podrán comprar los boletos por Internet, con entrada limitada, por aquello del coronavirus. 

Como invitados especiales para este maravilloso evento han sido convocados otros destacados actores de acción, entre ellos, Arnold Schwarzennegger, Silvester Stallone, Jason Statham, La Roca, Bruce Willis, Vin Diesel y Steven Seagal, así como las rutilantes estrellas de Hollywood, Scarlett Johansson, Margot Robbie, Charlize Theron y Angelina Jolie. De ahí a que vayan, es otra cosa. 

Allá usted si se pierde de este gran evento, donde destaca la actuación de un reynosense de pura cepa, el doctor Poncho De León como el jefe de los mañosos. 

En realidad, el doctor no mata ni una mosca. Yo lo conozco desde hace muchos años, cuando hacía sus pinitos en la política y siempre ha sido una persona noble, de trato humano y personalidad afable. 

Como que no encaja en ese personaje. 

Frank González debió asignarle otro papel más acorde con su personalidad, pero quiso catapultarlo con la interpretación de un villanazo, peor que Catalina Creel. 

Cotorreando con mi amigo El Chivito, me decía que la película se rodó en escenarios que no requirieron de mucha modificación ni demasiada inversión. 

Por ejemplo, las escenas de acción se desarrollaron en un campo abandonado de gotcha, allá, por el puente internacional. 

Pero también se aprovechó el encanto natural de una ciudad, lastimada por doce años de guerra entre grupos rivales de la delincuencia organizada: Coches quemados acá, casas reventadas allá, hoyos de bala acullá. 

La producción se ahorró una buena lana en escenografía. Y aún más, creo que aprovecharon alguna que otra balacera para no gastar en extras y balas de salva. 

Los verdaderos malandros, los que se andan peloteando entre sí o que andan corriendo de los soldados, debieron ver su oportunidad de trascender a la fama cuando pasaban cerca del set de filmación. Se detenían un momento para aparecer a cuadro, se peinaban los pelos con saliva, ponían una sonrisa de oreja a oreja y mostraban sus temibles cuernos de chivo. 

No contaré la trama de la historia para no caer en spoilers. 

Sin embargo, para mí, que no iré a verla porque no me llama la atención, más bien se trata de una apología de la violencia y el delito. 

Que me perdone mi cuate Poncho De León y todo el resto de grandes artistas que intervinieron en este largometraje, pero producciones de ese tipo no aportan nada a la recomposición del tejido social y sí enardecen más los sentidos de la gente, fuertemente influenciada por la subcultura del narco. 

Yo le recomendaría a Frank González, si es que realmente quiere trascender alguna vez como director cinematográfico, que deje las producciones monotemáticas y haga otro tipo de películas… no sé… de zombies, de ciencia ficción, de superhéroes o alguna comedia tipo American Pie. 

Después de tan salutífera recomendación, termino mi colaboración de hoy con el gustado refrán estilo Pegaso: “¿Consideras necesario adicionarle más maderos a la hoguera?” (¿Quieres echarle más leña al fuego?) 

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