Ciudad del Vaticano.- El papa Francisco denunció las desigualdades y el «virus del individualismo» en su nueva encíclica titulada «Fratelli tutti» (Hermanos todos) divulgada este domingo, en la que pide el fin «del dogma neoliberal» e insta a la fraternidad «con hechos y no sólo con palabras».
En su tercera encíclica, de 84 páginas, el pontífice argentino retoma los temas sociales abordados a lo largo de siete años y medio de pontificado y reflexiona sobre un mundo azotado por las consecuencias de la pandemia de coronavirus.
En el documento, escrito en español, que mantendrá el título en italiano en todos idiomas, Francisco condena el «dogma neoliberal», un «pensamiento pobre, repetitivo, que propone siempre las mismas recetas frente a cualquier desafío que se presente».
«La especulación financiera con la ganancia fácil como fin fundamental sigue causando estragos», advierte, y agrega que «el virus del individualismo radical es el virus más difícil de derrotar».
«Es posible aceptar el desafío de soñar y pensar en otra humanidad. Es posible anhelar un planeta que asegure tierra, techo y trabajo para todos», recalca el papa, un pedido que ha lanzado en varias ocasiones durante sus viajes a los países más pobres y olvidados.
Un mundo cerrado
En su nueva encíclica, Francisco reivindica el derecho de todo ser humano de vivir «con dignidad y desarrollarse plenamente» y recuerda que la pandemia evidenció la incapacidad de los dirigentes de actuar conjuntamente en un mundo falsamente globalizado.
«La fragilidad de los sistemas mundiales frente a las pandemias ha evidenciado que no todo se resuelve con la libertad de mercado», subraya.
«Vimos lo que sucedió con las personas mayores en algunos lugares del mundo a causa del coronavirus. No tenían que morir así (…), cruelmente descartados», lamenta el pontífice.
En su encíclica más social, tras reiterar su oposición a «la cultura de los muros», el papa insta a una nueva ética en las relaciones internacionales.
«Una sociedad fraternal será aquella que promueva la educación para el diálogo con el fin de derrotar al ‘virus del individualismo radical’ y permitir que todos den lo mejor de sí mismos», subraya.