Por Juan Carlos Rodríguez Terrazas/EL SINODAL DE TAMAULIPAS
Reynosa, Tam.- “La Unión General de Obreros y Campesinos de México, no abandonará en su lucha a los ex braceros, bien llamados los héroes del surco en los Estados Unidos; seguiremos pugnando porque se reestructura el fideicomiso que les garantiza el pago a 36 mil pesos que se aprobó hace doce años y que desafortunadamente aún no termina de pagarse por burocratismo de las autoridades en los sexenios de Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto…”
Al afirmar lo anterior el Secretario General de la UGOCM Reynosa, arquitecto Marcos Heredia Medrano, señaló categórico que los campesinos no están solos.
El dirigente recordó que desde su llegada a la máxima magistratura del país, el Presidente Andrés Manuel López Obrador, ha reiterado su apoyo a las causas de los adultos mayores, tal y como ha sucedido con el pago de apoyos mensuales para las personas mayores de 68 años que radican en la zona urbana ciudad y a los mayores de 65 años que viven en las comunidades rurales.
NOROÑA EN LA LUCHA
Bajo este principio, diputados como Gerardo Fernández Noroña, se han comprometido a hacer una exclusión entre los fideicomisos que el Presidente López Obrador ha decretado desaparecer para reintegrar la dignidad del campesinos, pagándoles a los ex braceros ese dinero que no es una canonjía, sino el pago de sus ahorros cuando trabajaron en el campo agrícola estadounidense, bajo ese programa que les concedía amnistía mientras que el grueso de los norteamericanos varones se encontraban en la guerra en varias etapas entre los años 40´s y 70´s.
Heredia Medrano, señalo que en el transcurso de esta misma semana establecerá contacto con la dirigencia nacional de la Unión General de Obreros y Campesinos de México para ver en que estatus se encuentra esta nueva gestión para convocar a una reunión general e informar a las bases o sus dependientes directos sobre el pago de ese dinero depositado en un fideicomiso, pero que el gobierno por muchos años ocultó hasta el año 2000 en que a cuentagotas empezó una lenta liquidación, considerando que a la fecha aún faltan por pagárseles a más de un 50 por ciento de los trabajadores del campo de aquella época.