«NO QUEREMOS SEMBRAR MÁS AMAPOLA EN GUERRERO»

Nacional

San Miguel Totolapan, Gro.- ¡No más amapola, sí proyectos productivos!, fue la exigencia que hicieron al presidente Andrés Manuel López Obrador niños, mujeres, jóvenes y ancianos reunidos en asamblea en la comunidad de La Mozimba (o Campamento Abandonado), municipio de San Miguel Totolapan, en lo más alto de la Sierra Madre del Sur, en la región de la Tierra Caliente de Guerrero.

En ese poblado, ubicado a unos 400 kilómetros de Chilpancingo, campesinos amapoleros de 19 localidades de los municipios de San Miguel Totolapan y Ajuchitlán del Progreso, Tecpan y Atoyac de Álvarez agrupados en la organización Observatorio por la Paz y el Desarrollo de la Sierra de Guerrero (OPDS) demandaron ser incluidos en el padrón del programa federal Sembrando Vida, para dejar de cultivar amapola, base para la producción de heroína.

La OPDS responsabilizó a Pablo Amílcar Sandoval Ballesteros, quien fue delegado federal en el estado hasta el primero de octubre, de haber dejado fuera de Sembrando Vida a cientos de poblados de la sierra con el argumento de que no habían pacificado la zona, lo que incluía dejar de sembrar amapola. Lo cierto es que Amílcar nunca visitó una sola comunidad del Filo Mayor. No conoce la sierra, acusaron.

Durante la reunión, unos 300 campesinos amapoleros pidieron apoyo a nuestro Presidente, que se ve que tiene muchas ganas de trabajar. Dicen que los de la sierra somos gente mala, pero no: nosotros cuidamos los bosques; desde aquí mandamos agua a la Costa Grande y a la Tierra Caliente. El día que se quemen los bosques de esos cerros que se ven allá (señaló las montañas a su alrededor), ese día se les va a acabar el agua, sentenció el labriego Norberto Verónica Jesús.

Ya es hora de que el gobierno voltee a ver la sierra de Guerrero, que nos apoye, porque todo lo hemos hecho gracias a nuestro esfuerzo y a nuestro bolsillo; hemos defendido estos bosques sin ningún apoyo del gobierno. La gente de la sierra no es violenta. Aquí no estamos en conflicto. Preguntó a la asamblea: ¿Estamos en pacificación?, y a coro respondieron: . Pese a ello nos discriminan cuando bajamos (a alguna ciudad) a la Costa Grande o la Tierra Caliente.

Los oradores demandaron caminos, clínicas y escuelas para sus comunidades. El comisario municipal de La Mozimba, Luis Rey Verónica, pidió maestros y escuelas. “Muchos se han quedado en el camino; sólo en este pueblo 20 muchachos ya no pudieron estudiar porque no hay secundaria ni bachillerato; hay casas gestoras en Chilpancingo, pero no tienen dinero para irse a estudiar.

Vienen gobernantes y hacen promesas, pero no hemos visto avances; se han olvidado de nosotros. La sierra está muy necesitada, y no precisamente porque seamos amapoleros, somos gente honrada y trabajadora. Los gobernantes llegan al poder y después se olvidan. Queremos que el presidente López Obrador nos ayude.

Una anciana intervino: Quedé sola y he sufrido bastante, ya no puedo trabajar. Una hija está sola y tiene una niña que estudia. Cuando le piden la cooperación (cuotas) no tiene de dónde. Le va a pedir a otra hermana que se la lleve adonde está para que siga estudiando. A mí ya me quitaron todo el recurso que me daban (de programas asistenciales).

El niño Juan José Ortiz Estrada, dio lectura a una petición que hizo en nombre de los menores: Queremos que se instale Internet en las primarias de la sierra para darle seguimiento a nuestros estudios, que no queremos dejar. Debido a la pandemia nuestras clases son en línea, y sinceramente no tenemos recursos para fichas de Internet (cuestan 25 pesos cada una).

El comisario José Rojas Bernardino, del poblado de Cuatro Cruces, municipio de Ajuchitlán del Progreso, subrayó: Ya no queremos seguir sembrando amapola, porque el precio está devaluado (6 mil pesos por kilo de goma de opio). Le estamos apostando a la siembra de aguacate y también queremos proyectos de panadería para las mujeres de la sierra.

Fentanilo: catástrofe sanitaria y económica

El aumento del consumo de fentanilo en Estados Unidos ha traído como consecuencia una catástrofe económica en las zonas rurales de México, a la cual se ha denominado la crisis mexicana del opio, ya que el precio de la goma que se extrae de la amapola disminuyó en más de 50 por ciento de 2017 a 2018, de acuerdo con el estudio No más opio para las masas, elaborado por el grupo Noria Research, en asociación con el Instituto de México del Centro Wilson.

Bernardino reconoció que hay jóvenes que por falta de dinero se unen a la delincuencia. Por eso hacen falta proyectos, para ellos, que han perdido sus estudios por falta de Internet, y para nuestras mujeres, que sufren mucho aquí en la sierra.

El comisario Mario Urioso García, del poblado Los Laureles, municipio de San Miguel Totolapan, instó a la Federación a que apruebe su ingreso al programa Sembrando Vida, y recalcó: “Aquí no hay gente armada patrullando calles, y por eso queremos el Sembrando Vida, para la sustitución de la siembra de amapola.

Queremos que se construya una clínica regional para que atienda los pobladores de La Mozimba, Palos Altos, Casas Quemadas, Lomillas y, en general, las comunidades de esta parte de la sierra; queremos un médico de planta y una ambulancia, demandó.

De las 114 comunidades del municipio de San Miguel Totolapan (donde hay 13 mil 959 habitantes) que solicitaron ingresar al programa Sembrando Vida, apenas 43 ciudadanos de los poblados La Mozimba y Lomillas, resultaron beneficiados con dicho apoyo.

A la asamblea en La Mozimba llegaron comisarios y delegados de esta localidad y de Lomillos, Casas Quemadas, Palos Altos, Rancho Nuevo Jesús, Los Laureles, La Boda, Campamento de Vacas, La Conchita, El Durazno, La Galera y Ciénega de Puerto Alegre, pertenecientes al municipio de San Miguel Totolapan.

También acudieron representantes de los poblados de Chilacayote, Cuatro Cruces y Puerto La Sanguinaria, municipio de Ajuchitlán del Progreso. De Atoyac de Álvarez acudieron vecinos de El Paraíso, Pie de la Cuesta y Santo Domingo. Finalmente, del municipio de General Heliodoro Castillo llegó el representante del pueblo de Chilpancinguito.

Afirmaron que Sembrando Vida no opera en toda la sierra, sólo en 30 por ciento de los municipios de esa región, sobre todo en la parte baja de la Costa Grande, y la Tierra Caliente.

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