La Paz.- El presidente electo de Bolivia, Luis Arce, y su vicepresidente David Choquehuanca acudieron este viernes al complejo religioso preincaico de Tiwanaku, cerca de La Paz, donde chamanes aymaras les entregaron unos simbólicos bastones de mando.
«Estamos en Tiwanaku en el inicio de la ceremonia de ofrenda a la Pachamama (madre Tierra) para que la salud y fuerza nos acompañen para gobernar Bolivia», señaló Arce en su cuenta en Twitter.
En la ceremonia a cargo de chamanes indígenas se encendió una pira para incinerar con leña dulces, hierbas, semillas y raíces de plantas para, de acuerdo a la tradición aymara, hacer rogativas a la «Pachamama» y bendecir al nuevo gobierno que se instala este domingo.
«Con mucho compromiso y amor por Bolivia, con el hermano David Choquehuanca, recibimos el bastón de mando de los amautas. Las energías de la Pachamama y de nuestros ancestros nos acompañan», agregó Arce.
Las celebraciones comenzaron en la madrugada y con los primeros rayos del sol en Tiwanaku, al oeste de la ciudad de La Paz y sobre el binacional Lago Titicaca, cuna de una de las culturas líticas más longevas del mundo que se extendió 15 siglos, desde el 400 a. C. al 1172 d. C. Ahora se convirtió en el sitio arqueológico más importante del país.
Los amautas o chamanes entregaron a Arce y Choquehuanca diademas en representación de «apus», dioses indígenas. El símbolo del Sol que engendra la energía le fue entregado al futuro presidente y otro de la Luna al vicepresidente, simbolizando el agua y la vida, según informó la oficina de campaña de ambos.
Vistieron prendas de lana de alpaca, llama y oveja en tonos blancos, especialmente confeccionadas para el ritual principal.
«Hermanos, simplemente pedir a nuestros ‘Achachilas’ (espíritus tutelares) nos den sabiduría para poder llevar adelante al país en paz, tranquilidad y en prosperidad. Jallalla hermanos», dijo el nuevo gobernante durante la ceremonia.
Estas ceremonias fueron iniciadas en 2006 por el presidente Evo Morales y repetidas en sus relecciones en 2010 y 2015. Son paralelas a los actos oficiales.
Los actos religiosos estaban programados inicialmente para el sábado, pero fueron adelantados.