Errata
Gracias a uno de mis dos o tres lectores, me di cuenta de un error garrafal que cometí días atrás al mencionar al novelista, ensayista, dramaturgo, filósofo y colega periodista francés, Albert Camus (1913-1960) como el autor de la grotesca idea de dar una rasuradita de vez en cuando a la población mundial para que alcancen mejor los recursos naturales.
Mea culpa. La defequé.
En realidad, esa distinción le corresponde al clérigo, erudito y demógrafo inglés Thomas Robert Malthus (1776-1834), inspirador de muchos otros pensadores, como Nietzche, que a su vez influenciaron políticas agresivas, como las de la Alemania Nazi, conceptos como la Eugenesia y más recientemente, la brillante idea de un grupo de 11 mil “expertos” que pretenden disminuir la población mundial para evitar el cambio climático. (Mejor deberían eliminarlos a ellos).
Hay otros que anticipan que, a este ritmo de crecimiento demográfico, los recursos del planeta se terminarán en el 2050 y entonces sí, nos va a cargar el payaso.
Malthus, dentro de sus ideas, decía que mientras la producción de alimentos crece de manera aritmética, es decir: 1, 2, 3, 4, 5… etc., la población mundial crece de manera geométrica, o sea: 1, 2, 4, 8, 16… etc. A la larga, no habrá suficiente alimento y agua para dar a todos.
Por eso decía que de vez en cuando, hay que ayudarle a la Naturaleza a darle una rasurada a la población del mundo.
¿Y cómo? Por una parte, las fuerzas naturales cobran incontables vidas humanas todos los años con temblores, volcanes, huracanes, tornados y tsunamis.
Por el lado humano, las guerras, la hambruna, la delincuencia y las enfermedades.
Lo primero no se puede controlar (¿o tal vez sí?), pero lo segundo es completamente manipulable por parte de los gobiernos y poderosos grupos económicos que mueven al mundo.
Son ellos los que “programan” las guerras en países emergentes, los que manejan las empresas farmacéuticas y los que sueltan nuevas enfermedades para tener a raya el crecimiento poblacional, mientras se siguen haciendo asquerosamente ricos.
La aplicación del maltusianismo en la actualidad, se nota no sólo con los frecuentes conflictos bélicos, sino con medidas como el control de la natalidad y los matrimonios homosexuales, donde no hay descendencia.
También lo vemos en México, donde la delincuencia organizada se pasea libremente provocando muerte y desolación por todos lados, como si tuvieran permiso para seguir haciendo lo que hacen mejor: secuestros, asesinatos, desapariciones forzadas y violaciones.
Indudablemente que las ideas de Malthus han influenciado a las grandes élites económicas del mundo.
Sería mucho mejor que se repartiera la riqueza de manera más equitativa y menos egoísta, en lugar de estar pensando en el exterminio de millones de seres humanos.
Todo esto, como lo hice notar en una colaboración anterior, me suena muy parecido a lo que hace Thanos en la película Avengers: Endgame (Directores: Anthony y JOe Russo, con Robert Downey Jr., Chris Evans, Mark Ruffalo y Scarlett Joahansson), que con un chasquido del Guante del Infinito desaparece a la mitad de la población del Universo. Malthusianismo puro.
Hollywood nos habla. Para muchos resultó inadvertido el mensaje de la película de Marvel (2019).
Thanos, en realidad, quería hacerle un bien al Universo al disminuir la población a la mitad, y que los que quedaran pudieran disfrutar de mayores recursos, exactamente como proponía Malthus.
Va el refrán estilo Pegaso, cortesía de Ripley: “A pesar de que se abstenga de darle credibilidad”. (Aunque Usted no lo crea).