Reflejos de un Corazón/ Por: Juan Torito Ramírez

Opinión

La Navidad

La palabra Navidad, proviene del latín, de la palabra (nativitas) que significa nacimiento. Pará los cristianos es la fiesta del nacimiento de Jesús, es el inicio de aquel hombre donde se centra nuestra fe.

Ese acontecimiento es un parteaguas en la historia de la humanidad entera. En principio de cuentas hablemos de su familia y su estructura.

Su padre, San José, un hombre de la casta del rey David, el cual como muchos hombres de la actualidad, son trabajadores, responsables, honestos y humildes un ejemplo para todo hijo. Pero una cualidad que sobrepasa todo es su capacidad para ser dócil, y aceptar lo que Dios tiene destinado para el. Se convierte en padre no por haber consevido a Jesús. El se convierte en padre por ADOPCIÓN, una acción que este siglo, se da con más frecuencia, el recibir a un niño o niña, que no es de tu sangre, pero la abrazas con tanto amor, paciencia y alegría que se convierte en un rayo de luz en tu vida.

Su madre, la santísima Virgen María, una joven, de mirada inocente, corazón tierno, y alma pura. Así como hoy sucede con muchas jóvenes de su edad, queda embarazada, y sin tener una visión de su futuro, se llena de valentía y coraje para traer a su hijo al mundo. Tal vez se sintió sola, sin apoyo, y con el miedo de morir, ya que en su época, aquella mujer que quedaba embarazada sin tener marido, se le sentenciaba a morir apedreada. Porque era un pecado u ofensa para Dios. Y esto no sólo queda como algo pasado, es un reflejo de lo que se vive hoy en día en nuestra sociedad, hoy se vive un ambiente de violencia encontrá de la mujer, que se necesita valentía y mucho coraje para traer un hijo al mundo, y criarlo de una manera integra y recta, para ser un hombre de bien, para el mundo. Hoy María es un modelo, de una mujer ordinaria, que enfrentó al mundo de una forma extraordinaria. Es una ejemplo de feminismo y de amor propio, de un amor tan puro, sincero y servicial.

Y Jesús, un bebé, que desde que estaba en el vientre de su madre, fue un bebé anhelado y amado. Un bebé que haci como muchos significan una gran bendición para la familia, significa un regalo de Dios para un hogar. Pero que también pudo haber significado una carga para alguien tan joven, pudo ser un bebé no deseado ni planeado, o un bebé que no entraba en planes de una pareja recién casada. Jesús cómo muchos niños, viene al mundo sin pensar que será de ellos, porque viene confiando en que sus padres lo recibirán con amor y ternura. Es un desafío el venir al mundo con la incertidumbre de no saber que vida llevaras.

Es así como Jesús nace en medio de una familia muy peculiar, podremos decir que es una familia de la antigüedad, pero que es muy parecida a las familias que componen nuestra sociedad.

Nació, en una familia, donde su madre se embarazo muy joven, pero no tuvo miedo, una madre joven que tal vez hubiera pensado en que fue un error, pero que lo contrario a eso lo recibió como un bálsamo de amor a su corazón. Un padre que no es de sangre, que hubiera sido más fácil el rechazarlo, pero en  cambio lo adoptó como el más amado de sus hijos, su primogénito y el predilecto. Un bebé con un futuro incierto, que vino a nacer en medio de la pobreza, para enriquecer el corazón de quien creemos en el.

En esta Navidad no sólo desemos buenos deseos, o no sólo digamos feliz Navidad.

Hoy antes de embriagarnos y hacer fiesta, oremos por aquellos necesitados, todas aquellas personas que más que un buen deseo de Navidad, ocupan una oración en Navidad.

Dejemos aún lado nuestro egoísmo, nuestra envidia, nuestra soberbia. Compartamos algo de lo que somos, de lo que tenemos, y de lo que nos dan, con nuestro hermano, con nuestro progimo, con aquel olvidado por el mundo, aquel que sufre y que llora por sentirse solo. Ese es el sentido de la Navidad el compartir, porque Jesús vino a compartir su amor, su justicia, su ternura y su paz con cada uno de nosotros.

No olvidemos que la Navidad es el cumpleaños de Jesús, y el del festejo es el. No nuestros excesos, ni nuestras pasiones, o donde se ha visto que al que cumple años lo abandonen en un rincón, o lo déjen solo. Acompañemos a Jesús de la forma más fraterna, y demosle una bienvenida cálida y llega de alegría, que nuestro hogar sea la sala de parto donde la Virgen de a luz y nuestro corazón sea la primera cuna donde duerma es niño hermoso, lleno de esperanza y de misericordia.

Que esta navidad este llena de oración y unidad, entre la familia, amigos, y todas aquellas personas que rodean nuestro entorno. Recibe un abrazo y mis oraciones estarán contigo.

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