- AMLO y Biden son como el agua y el aceite
- Pero se espera que las relaciones sean de respeto y cooperación como buenos vecinos
En verdadero brete se encuentra ahora el Presidente López Obrador con Joe Biden en la presidencia de Estados Unidos, porque son completamente diferentes en todo y por todo. Nada que ver con su gemelo, Donald Trump por el modo, estilo o forma de ejercer el poder. Mientras que Trump dividió a su pueblo y AMLO todavía lo hace fomentando el odio por las diferencias políticas y sociales considerando que era o es la mejor forma para mantenerse en el poder el mayor tiempo posible, el nuevo presidente de EU es un auténtico demócrata, consciente de que solo con la unidad nacional se logra la paz social para entonces así impulsar y consolidar el desarrollo de cualquier país para mejorar la calidad de vida de todos sus habitantes.
En su discurso de toma de posesión, Biden pronunció precisos conceptos que no solo se quedaron en territorio gringo, sino que también se difundieron por todo el mundo y por supuesto que calaron en México. Exhortó a la conciliación, a la cooperación, al entendimiento, al respeto, afirmando que “sin unidad, no hay paz; no hay avance; solo un estado de caos que genera un cansancio que agota”.
Creo que por esto y más, si realmente el presidente López Obrador quiere lograr su proyectada Cuarta Transformación de México, tiene que rectificar todo aquello que acordó con su amigo Trump, antes que le ponga tache el presidente Biden.
Pienso que no es nada conveniente para México y para los mexicanos que siga fomentándose el odio divisionista porque chocaría con la política del nuevo gobierno estadounidense.
Estamos ya por arrancar las campañas para la elección más grande en la historia nacional y, si llegamos a ellas envenenados con la perversa propaganda y manipulación discusiva, aseguro que la violencia incrementará la cifra de muertos en el país con lo que la seguridad nacional se vería en riesgo y ante eso, no creo que el presidente vaya a calmar a los que se anden matando en los disturbios gritándoles “abrazos….no balazos”; ¿verdad que no?
Lo peor sería que por imperiosa necesidad del Estado, el presidente quien es el Jefe Supremo de las Fuerzas Armadas, se viera obligado a ordenar la represión militar para aplastar esos brotes violentos que pudieran cundir en varios Estados.
Eso sería catastrófico para el país y, por supuesto que para el propio presidente López Obrador, ya que nuestros poderosos vecinos al ver afectados por la inseguridad sus multimillonarios intereses que mantienen en el país, intervendrían en alguna forma para protegerlos, constituyéndose así en un verdadero contrapeso para al hasta ahora imperativo y desafiante mandatario mexicano.
Otra cosa: la pandemia descontrolada y la inseguridad, ya han debilitado y mucho, al presidente López Obrador, por eso está en riesgo que pierda con Morena y sus candidatos la mayoría que pretende en las elecciones del 6 de Junio, con lo que su derrumbe sería igual al de Trump.
Pero….también pudiera ser que AMLO confía en que su cuate Trump lo vaya a seguir protegiendo en el supuesto caso de que recupere la Presidencia de EU al ser postulado en el 2024 por el Partido Patriótico que empezó ya a formar. Lo cual está por verse.
Final:
Esta ominosa, real o irreal prospectiva tal vez pudiera evitarla AMLO en corto, si atendiera las opiniones de los únicos colaboradores realmente políticos que tiene, y que son Ricardo Monreal y Marcelo Ebrard.
Pero…..pronto vamos a saber cómo serán las relaciones con el nuevo gobierno de Estados Unidos, las cuales en esta Era Biden durarán los 4 años que le restan a AMLO de su sexenio.
En buen plan, debemos pensar que si AMLO y Biden son como el agua y el aceite….entonces bien pueden mantenerse juntos sin mezclarse.