Apagón
Con una frase resumimos lo que pasó el día de ayer con el mega apagón que dejó sin electricidad a millones de personas a lo largo de la frontera noreste del País: “¿Qué estás haciendo, Bartlett’”
Mamuel Bartel Díaz, famoso por haber diseñado y orquestado esa obra maestra de la ingeniería electoral conocida como “La Caída del Sistema”, en 1988, para dar el triunfo al maligno duende magnicida de Charly Jalinas Recortari, hizo otra de las suyas.
Disfrazado ahora de MORENO, enquistado en la Dirección General de la CFE, maneja la paraestatal con mano dura, como cuando era Secretario de Gobernación en aquellos tiempos.
Por medio de sus redes sociales, directivos de la CFE se apresuraron a publicar que los problemas en el suministro de energía eléctrica no eran impugnables a alguna falla de su sistema de distribución, sino más bien al corte en el suministro de gas a las empresas texanas que venden energía eléctrica a México.
Algo que suena tan absurdo, como que en esta parte del País estamos sentados en enormes yacimientos de gas natural, pero somos completamente impotentes para extraerlo y beneficiarnos de tal riqueza.
Tenemos que comprarlos en Texas. El gas natural y la electricidad.
Resulta un gran absurdo que mientras se gastan miles de millones de pesos en programas electoreros, poco se invierte en tecnología para sacar el gas natural de los yacimientos asociados que hay en la Cuenca de Burgos, donde también hay otra fuente de riqueza natural y mucho más limpia que el petróleo: el uranio.
¿Cuántas veces no he publicado en cuanto periódico he estado que la región es una de las más ricas en mineral de uranio? ¡Lo que dieran países desarrollados como Japón, Inglaterra, Francia o Corea por tener la centésima parte del uranio que tenemos aquí nosotros!
Con un kilo de uranio, me explicaba el buen amigo Gastón González Sepúlveda, ex dirigente del extinto Sindicato de URAMEX, que con un kilito de ese mineral beneficiado tendríamos para proporcionar electricidad a millones de viviendas en un año.
Por el contrario, para producir esa misma energía es necesario quemar miles de barriles de combustóleo o montañas enteras de carbón mineral.
México no es rico porque no quiere serlo.
Pero hablando de Bartel, estoy completamente seguro que el apagón que nos afectó durante este día fue otra de sus travesurillas.
Un amigo dijo ayer, a media mañana, al comentarnos al Chivito y a mí:
-Ayer hablé a México.
Y El Chivito, agudo como siempre, le contestó en broma:
-¡Ya sé! Le hablaste a Bartel.
Y yo seguí con la chunga:
-¿Y qué le dijiste? ¡Pinche Bartel, ya conecta la luz! Con esto beneficiamos a miles de personas y segurito ganamos la elección.
Pero no. Bartel sigue siendo un témpano de hielo.
Mientras que millones de padres de familia se angustian cuando ven el recibo del consumo eléctrico que les viene con cobros elevadísimos, él se regodea en su silla de la Dirección General de la CFE, con esa su sonrisilla malévola.
Por eso, aquí nos quedamos con el refrán estilo Pegaso: “Personaje mágico ficticio y silueta, hasta el túmulo mortuorio”. (Genio y figura, hasta la sepultura).