EL SINODAL DE TAMAULIPAS
Reynosa, Tam.- Entre la delincuencia y la pandemia originada por el COVID 19, son ya incuantificables las pérdidas que registra el comercio organizado de Reynosa.
Así lo hacen saber miembros de la iniciativa privada que se encuentran en vías del colapso, incrementando los cierres de negocios, el despido de parte o del total de su personal, e inclusive el traspaso de negocios en condiciones desventajosas ya que pocos comerciantes se animan a invertir en el actual estado de cosas que se ha acentuado en los últimos 10 años.
Los delitos más comunes que sufren los comerciantes desde el pequeño detallista hasta el más encumbrado empresario, son las amenazas violentas, el secuestro exprés, la extorsión el robo, el asalto y las cuotas que diezman el escaso ingreso, ya que sin quererlo algunos de ellos se han convertido en especie de socios al que deben pagar un porcentaje de su cada vez más escasa utilidad.
Los negocios más frecuentemente atacados por la delincuencia son los depósitos de vinos y licores, los restaurantes, bares, cantinas y centros nocturnos que aparte de ser sujetos de rígida supervisión por parte de los malosos, tienen acotados sus horarios de cierre que solo es ampliado si otorgan un “extra” a la exacción que ya otorgan.
Cabe mencionar que la operación de este tipo de giros está sujeta además al ineludible pago de licencias de espectáculos, de alcoholes, de Administración Tributaria y toda una serie de prácticas nocivas de corrupción.
Otros negocios no menos afectados tanto por inspecciones como competencia desleal son las gasolineras, las ferreterías, las tiendas de abarrotes, las refaccionarias y muchos más que no se salvan a la voraz y violenta arremetida que termina por arruinarlos.
La pandemia ha hecho otro tanto, la gente consume y acude menos en los restaurantes y en los bares, en los cines y en todo negocio colectivo donde deban tener contacto con muchas personas, ante los riesgos de contagio que además no se disimulan por el constante machaqueo de las cifras negras que arrojan en esta ciudad, entre uno y hasta 10 fallecimientos diarios.
Dueños de negocios de estos giros cuestionan también la participación de sus cámaras de comercio e industria que le atoran a temas, pero de una manera muy superficial, como manifestar su obvio desacuerdo por la matanza del pasado sábado 19 de junio que dejo luto en más de 20 hogares, pero se olvidan de realizar otras funciones ordenadas por el estatuto como son el de fomentar, difundir y promocionar al comercio organizado pata generar ventas.
De nada sirve que se rasguen las vestiduras pues las autoridades, tanto estatales como federales, no toman en cuenta sus posicionamientos porque ellos están bien protegidos en la comodidad de una oficina y en la suavidad de un asiento gubernamental, mientras el comercio y el pueblo se parten el lomo para cumplir las cada vez más exigentes peticiones del crimen.