AL VUELO/ Por Pegaso

Opinión

¡Gaaaaas!

El norte de Tamaulipas está sentado en grandes bolsas subterráneas de gas natural. 

Pero como el combustible que está en yacimientos someros ya casi se lo acaban, es necesario perforar más profundo para extraer el que está más abajo, ya sea en tierra o en mar. Por eso los contratos con empresas extranjeras que cuentan con la tecnología necesaria, pero cobran las perlas de la virgen por prestar sus servicios. 

Ahora bien, a lo largo de la frontera entre México y Estados Unidos, más hacia Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas, en lo que se conoce como la Cuenca de Burgos, hay importantes yacimientos, como ya lo mencioné ad supra. 

Pero los gringos, vivillos desde chiquillos, han desarrollado un método para chupar el gas que hay de este lado, en territorio mexicano. Se llaman pozos direccionales y es como si yo fuera a un restaurant y agarro un popote más largo para chupar de la soda de mi vecino de mesa sin que se dé cuenta. 

De comprobarse, estaremos ante uno de los robos más descarados de la historia. 

Pero bueno, no es a eso a lo que iba. 

En días pasados el Pejidente anunció en su “mañanera” que se creará una empresa llamada “Gas para el Bienestar”, donde darán el litro del gas a precios muy bajos. 

Las empresas gaseras incrementaron el precio del combustible en el mes de marzo.   

El ciclindro de 20 kilogramos era llenado con 387 pesos en diciembre del 2020, pero en marzo de este año ya valía 485, ¡un 25% de incremento! 

Eso le dio harta muina al Peje del Ejecutivo Federal y decidió que era hora de que se bajaran los precios al público. 

Pero más que inmediatamente, las empresas y consorcios distribuidores de gas LP y gas para carburación pusieron el grito en el cielo, ya que se acabaría su gran negocio.
Está bien. La idea de crear una empresa paraestatal para la venta de gas no es mala por sí. 

Sin embargo, como todo lo que hace ALMO, siempre va a causar reacciones en sentido contrario, como la Tercera Ley de Newton que dice: “A toda acción corresponde una reacción de igual magnitud y en sentido contrario”, o como la canción de Thalía: “Acción y reacción/qué cosas hace el amor./ No importa de donde vengas/cuando llegas explosión”. 

De tal manera que desde ahora hay personeros de la Iniciativa Privada que dicen que eso no es viable, que el gas se cotiza por los precios internacionales y que una empresa que venda más barato va a la quiebra total. 

Piden que “Gas para el Bienestar” compita bajo las mismas condiciones y circunstancias que el resto de las compañías, a ver si aguanta el ritmo y las presiones que constantemente hay para que suba el precio del carburante. 

Resulta absurdo, cuando no ridículo, que estando nuestra región sentada en un mar de gas natural, tengamos que importarlo de Estados Unidos, que nos está robando del subsuelo gracias a la tecnología de perforación direccional. Nos está vendiendo nuestro mismo gas y aquí nos llega a precios realmente elevados. 

Me acordé de todo ese enredo porque esta tarde estaba tomando una rica dieta, disfrutando del fresco que trajeron las lluvias, cuando pasó un camión repartidor con el sonido a todo volumen: “¡El gaaaasss! Gas LP, una tradición seguraaaa. ¡El gaaaassss!” 

Yo solo espero que si se crea la mentada empresa “Gas para el Bienestar”, realmente den los precios más bajos, que no sea otra jalada de pelos de nuestro Pejidente, quien, según estudios de una empresa consultora, dice un promedio de 88 mentirillas en cada “mañanera”. 

Termino mi colaboración de hoy con el refrán estilo Pegaso: “Tengo la esperanza de que tal situación sea ajena a toda flatulancia”.  (Espero que esto no sea puro pedo).

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