Bienestar
No soy una institución, pero sé que igualmente el Pejidente me va a mandar al diablo.
También sé que cuenta con picudos asesores políticos que lo proveen de todo tipo de planes, pogramas y poyectos, -como decía el ex alcalde Oscar Luebbert-, pero me arriesgaré.
Extraoficialmente me comentan que entre esos asesores se encuentran La Chupitos, Polo Polo, Jo-Jo-Jorge Falcón, El Chis Chás, Chuponcito, El Kompayaso y La India Yuridia.
En esta columna presentaré una lista de acciones que el Gobierno Federal podrá implementar para mejorar las condiciones socioeconómicas de millones de mexicanos.
Si acaso el Peje del Ejecutivo decide adoptarlas, no le cobraré regalías por derecho de autor, así que está libre de utilizarlas en beneficio del Pueblo.
Bajo este tenor, no solo es necesario que se cree el Banco de Bienestar y se distribuya el Gas para el Bienestar, cuyos objetivos son los de apoyar a la economía popular.
Es indispensable también:
-Electricidad para el Bienestar: El Pejidente podría decirle a su cuate Mamuel Bartell que le baje las carísimas tarifas de luz a millones de familias, principalmente en el norte de la República, donde los calorones están canijos y los aires acondicionados resultan ser una necesidad y no un lujo. Uno tiene miedo de prender un aparato de aire acondicionado, porque segurito el recibo será de varios miles de pesos por bimestre.
-Carreteras para el Bienestar: Que ya no se cobren cuotas. Resulta absurdo que los mexicanos, para desplazarse por territorio nacional tengan que pagar una cuota a particulares o a empresas como Caminos y Puentes Federales. Nuestros impuestos, se supone, sirven para hacer carreteras, no para enriquecer a unos cuantos. Además, la Constitución nos otorga el derecho de recorrer el País de arriba para abajo, sin pedirle permiso a nadie.
-Impuestos para el Bienestar: De una buena vez, se deben bajar los impuestos al 8%, como en Estados Unidos. Está demostrado que en los países más avanzados se pagan menos gravámenes y la recaudación es mucho mayor. Por otra parte, Hacienda es un socio muy caro que se lleva casi el 50% de nuestros ingresos: 16% de IVA y 32% de ISR. A cambio, sólo nos devuelve migajas.
-Diputados y senadores para el Bienestar: Menos a veces es más, y aquí queda como anillo al dedo. Resulta que los mexicanos pagamos miles de millones de pesos a una bola de parásitos que ni siquiera fueron electos por nosotros, sino que son impuestos por los partidos o por los gobernantes. Bien harían en desaparecer las diputaciones y senadurías plurinominales. Así, la lana que nos ahorremos podremos utilizarla realmente para el bienestar de la gente.
-Gasolina para el Bienestar: Crear una empresa que distribuya gasolina a precio bajo no es mala idea. Así como se pretende vender gas barato, no veo por qué no se podría aplicar también a la gasolina. Podría establecerse un precio de 12 pesos por litro en lugar de 22. De esa manera, cada mexicano podrá ahorrar una lana para comprarse un Tsurito, surtir gasolina y hacer que el dinero circule, haya más impuestos, aumenten las compras domésticas y se incrementen los salarios.
-Consultas Ciudadanas para el Bienestar: En lugar de gastar chorromil millones de pesos en organizar una consulta popular, se podrían usar las “benditas” redes sociales para pedir la opinión ciudadana sobre si se debe o no enjuiciar a los ex presidentes. Aquí se aprovecharían los 22 millones de seguidores de Luisito Comunica o los 18 de Yuya para tal propósito, en lugar de molestar nuevamente a los ciudadanos para que hagan una desgastante chamba a cambio de una torta con su chesco para todo el día.
-Mañaneras para el Bienestar: Y finalmente, también debe haber economía en las cansadas, choteadas e inútiles conferencias mañaneras. ¿Por qué no puede simplemente mandar un twit para decir lo que tiene que decir y nos ahorramos miles de pesos diarios en promover y ensalzar su acartonada figura?
Estos consejitos no tienen mayor motivo que el buscar el beneficio de la República.
Si alguien conoce al Pejidente o es su cuate, hágale llegar estos salutíferos consejos.
Nos quedamos con el refrán estilo Pegaso: “Individuo que se abstiene de escuchar sugerencias difícilmente arribará a la senectud”. (El que no oye consejo no llega a viejo).