Ciudad de México.- El presidente del Comité Olímpico Internacional (COI), Thomas Bach, admitió hoy que durante el camino hacia los Juegos de Tokio «hubo dudas cada día» debido a la pandemia, aunque este organismo decidió no hacerlas públicas para no alimentar la incertidumbre sobre el evento.
Bach se pronunció así al presentar el informe final sobre los preparativos para los Juegos de la capital nipona en la 138 sesión plenaria del COI, que arrancó este martes en Tokio en un formato mixto presencial y telemático y a tres días de la inauguración de Tokio 2020.
El responsable del COI señaló que este organismo y los anfitriones nipones «se enfrentaron a una elección al principio de la pandemia: cancelar o posponer», y afirmó que decantarse por la primera opción «habría sido lo más fácil».
Pero ni el COI ni los anfitriones nipones «se plantearon nunca la cancelación», dijo Bach, quien añadió que el organismo olímpico Internacional «nunca abandona a los atletas».
El alemán admitió que los responsables de los Juegos «no sabían lo complejo que iba a ser» sacar adelante el evento en plena pandemia, algo que nunca se había hecho antes, y señaló que la única certeza era «que iba a haber que invertir mucho más» para lograrlo.
«Hubo dudas cada día, y muchas noches en vela. Como el resto de la gente en todo el mundo, no sabíamos lo que iba a deparar el mañana», reconoció Bach en su intervención ante la sesión plenaria.
El presidente del COI explicó que este organismo decidió «no expresar esas dudas» porque de haberlo hecho «se habría contribuido al ambiente de incertidumbre», las dudas «se habrían terminado por convertir en una profecía auto-cumplida» y los Juegos de Tokio «habrían saltado por los aires».
La presidenta del comité organizador de Tokio 2020, Seiko Hashimoto, también admitió la dificultad del camino hacia la cita olímpica en la capital nipona, así como las «limitaciones» de unos Juegos que «serán muy diferentes» a anteriores eventos del mismo tipo.
Un evento para «inspirar a la humanidad»
Pese a todo ello, Tokio 2020 aspira a «revisitar el valor del olimpismo y reconectar a todo el mundo», un nuevo tipo de Juegos que propuso llamar «el modelo de Tokio».
El primer ministro nipón, Yoshihide Suga, quien también intervino en la asamblea, afirmó que «la luz al final del túnel de la pandemia ya está a la vista», y que en ese contexto se desarrollarán los Juegos de Tokio.
«En la mayoría de casos no habrá espectadores en las gradas. Pero el significado de los Juegos no se verá reducido», aseguró el líder japonés, quien destacó que el evento «debe mostrar la unidad de la humanidad», ofrecer «sueños y esperanzas» e «inspirar a los jóvenes».
La máxima prioridad del COI y de los anfitriones será, no obstante, «garantizar que los Juegos sean seguros» y «proteger la salud de los participantes y de la ciudadanía nipona», según subrayaron tanto Bach como Hashimoto.
Los Juegos de Tokio se desarrollarán en un formato «burbuja» sin precedentes que incluye la ausencia de público en las gradas, el veto a la entrada a Japón de visitantes extranjeros y estrictas limitaciones de movimientos para todos los participantes en el evento.