Ciudad de México.- Pintado con colores de Chivas y al América. Los eternos némesis del futbol mexicano fueron los protagonistas de un debut soñado y victorioso de la Selección Mexicana en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, ya que con goles de Alexis Vega, Sebastián Córdova y Uriel Antuna -además de Eduardo Aguirre- se derrotó de manera contundente por 4-1 a la Francia de André-Pierre Gignac, quien marcó el único de su equipo.
El primer tiempo de México ya daba buena pinta
El Tri del Jimmy Lozano fue mucho mejor en los primeros minutos y en un lapso de 60 segundos dispuso de dos muy claras. La primera en los pies de Alexis Vega al 17′, a quien le sacaron su remate en la línea tras quitarse al arquero francés. Al 18′ fue la magia de Diego Lainez, cuyo centro retrasado fue mal impactado por Henry Martin en el área chica.
Siete minutos mágicos de México
Cuántas veces no hemos visto que el equipo que dominó en el primer tiempo y no concretó lo paga caro en el complemento, pero al Tricolor pareciera que no le afectó el descanso y en siete minutos sentenció todo.
Al 47′ se gritó gol por primera vez en Tokio 2020 gracias a un cabezazo de Alexis Vega, quien de inmediato fue a agradecerle a Diego Lainez su enorme jugada y centro «con la chueca» que lo dejó pleno en la línea del área chica.
Las pulsaciones seguían a tope con el tanto del delantero de Chivas, pero faltaba el aporte americanista cuando Sebastián Córdova nos hizo gritar nuevamente en plena madrugada mexicana el 2-0, encontrándose increíblemente solo para fusilar de zurda al portero Bernardino.
Gignac metió nervio, pero hubo ‘brujería’ de Antuna
Si algo podría reprocharse al equipo del Jimmy Lozano fue la desatención defensiva que terminó en gol galo. Un pelotazo a la nada encontró en Kolo Muani a un velocista que fue derribado por César Montes en el área.
No podía ser otro que André-Pierre Gignac quien le hiciera la maldad a México desde los once pasos, aunque Ochoa estuvo cerca de atajarle. Eso sí, el delantero y estrella de Tigres no festejó la anotación e incluso hizo un gesto a manera de disculpa.
Y cuando parecía que los nervios se podían apoderar del conjunto nacional, Uriel Antuna entró a la cancha por Lainez e hizo efectivos sus minutos. Primero con un derechazo que le sacó pintura al poste al 77′, pero dos minutos después tuvo la segunda que no perdonó con un maravilloso zurdazo que pegó en la base del poste y decretó el 3-1.
Y para cerrar la fiesta, ya al minuto 90 y en su primera pelota tocada en el campo, Eduardo Aguirre no se quedó «Mudo» en las celebraciones porque aprovechó un regalo en el área que sentenció el 4-1 final con el que México firmó su mejor debut en la historia de Juegos Olímpicos, poniendo a soñar a millones con que la medalla es posible y, por qué no, que sea del mismo color que en Londres 2012.