Barcelona, España.- Este domingo sucedió lo que por muchos años parecía impensable. Lionel Messi dijo adiós al Barcelona en el Nou Camp, en una ceremonia muy emotiva, donde estuvo su familia, sus amigos, y dio un discurso que lo llevó a derramar lágrimas en el Auditori 1899.
En el lugar estuvo su esposa Antonella, sus hijos, compañeros de equipo como Gerard Piqué, Xavi, Hernández, Carles Puyol, los 35 títulos que conquistó con el conjunto blaugrana y lo recibieron con aplausos mientras la Pulga no aguantaba la emoción y su pareja tuvo que darle un pañuelo.
“La verdad que no sé si voy a poder hablar…”, inició Messi mientras tenía lágrimas en los ojos. “En estos días, en este último día, estuve pensando, dándole vueltas a ver qué iba a decir, qué podía decir. La verdad es que no me salía nada, estaba bloqueado como lo estoy ahora todavía. Es muy difícil esto para mí, después de tantos años, de hacer toda mi vida acá, no estaba preparado».
“La verdad que el año pasado, cuando se armó el lío del burofax y todo eso sí que lo estaba, sabía lo que tenía que decir y estaba convencido. Pero este año no, este año estaba convencido, mi familia y yo, que íbamos a seguir acá, que íbamos a seguir en nuestra casa, que era lo que más queríamos. Siempre sobrepusimos el bienestar nuestro, el estar en nuestra casa y seguir disfrutando de esta vida que tenemos en Barcelona, tanto en lo deportivo como lo cotidiano, que es maravillosa, pero bueno, hoy me toca despedirme de esto.
“Como dije antes fueron muchísimos años, toda mi vida acá. Llegué siendo muy chiquito, con 13 años, después de 21 años me voy con mi mujer, con 3 catalanes-argentinos. No puedo estar más orgulloso de todo lo que hice y viví en esta ciudad a la cual no tengo duda de que cuando pasen unos años vamos a volver, porque es nuestra casa, porque así se lo prometí a mis hijos también”, parte del discurso del argentino.
Después de su discurso hubo una gran ovación para el rosarino de todos los presentes en la sala, que se pusieron de pie después de escuchar a un jugador que no sabía cómo empezar un discurso que nunca pensó que daría y en el que asegura volverá a Barcelona para cumplir con la promesa que le hizo a sus hijos.
Messi no se iba a ir sin fundirse en un abrazo con cada uno de sus compañeros para despedirse, donde destaca el caso de Piqué, con quien compartió en La Masía, o dos leyendas blaugranas como Puyol o Xavi, uno de los momentos imperdibles.
Ahora Leo dejará definitivamente el club donde se formó, desarrolló y consolidó como futbolista para ponerse los colores del PSG a partir de la siguiente semana, puesto que ya lo esperan este lunes en París para hacer los exámenes médicos.