Por Oscar Díaz Salazar
De azúcar, de chile y de manteca, como la oferta de los tamales, así son las personalidades de los políticos que pretenden ser candidatos al gobierno de Tamaulipas por morena.
Los hay, candidatos, que centran su relato en sí mismos, los yoyos. En esa descripción tenemos al tres veces diputado local Felipe Garza Narváez y al tres veces (No) Oficial Mayor en el gobierno federal Héctor Martin Garza González.
La narrativa de otros está enfocada en el Estado, en lo que pretenden realizar con los tamaulipecos, lo que quieren hacer en nuestra entidad, lo que harían para transformar nuestra tierra. En esa actitud tenemos a Rodolfo González Valderrama y a Alejandro Rojas Díaz Durán.
Hay otros candidatos que le apuestan al misterio, pues prefieren no difundir lo que piensan y lo que hacen. En esa estrategia de manejarse con discreción, con frecuencia se exceden y terminan por hacerlo en secreto. En ese paquete ubicó al senador Américo Villarreal Anaya y al Delegado federal José Ramon Gómez Leal. De Américo se entiende que prefiera omitir su relato personal, su pertenencia a la alta burocracia priista, por lo que debería estar construyendo el proyecto de Estado que va a «vender» a los tamaulipecos.
Hay otro par que teniendo proyecto e historia personal, sino para presumir, por lo menos para compartir sin avergonzarse, no lo hacen aún, porque en su ruta crítica, en su plan ranchero para conquistar la candidatura, no ha llegado el momento de salir a buscar la nominación de su partido. En este paquete tenemos a los presidentes municipales de Madero, Adrian Oseguera Kernion, (cuya máxima realización hasta el momento es un Kiosko) y el de Matamoros Mario López, a quien le escuché un buen diagnóstico de los problemas del Estado y un mejor proyecto para impulsar el desarrollo de Tamaulipas
Hay otro más que tiene currículum y biografía, que no es lo mismo ni es igual, que tiene proyecto, que tiene discurso, pero que tiene también una orden de aprehensión vigente, -arbitraria, abusiva, fabricada y producto de una vengamza política, pero vigente – y me refiero a Carlos Cantú Rosas. Los tiempos para hacer factible su candidatura, están ligados a los tiempos de la justicia para encerrar o echar en corrida (lo más viable) al señor Francisco N.
Las cuotas de género que contempla la Ley Electoral, le abren las puertas a varias mujeres que por su limitada exposición a los medios de comunicación, no puedo ubicar por el momento en alguna de las clasificaciones que les compartí en los párrafos anteriores.