El pasado de Américo Villarreal Anaya

Opinión

Por Oscar Díaz Salazar

Fue en el tiempo en que Américo Villarreal Anaya era subsecretario de Salud, cuando un piso completo del Hospital General de Ciudad Victoria, con cuarenta camas, dejó de prestar servicios a los derechohabientes, para ser utilizado en forma exclusiva por médicos particulares, que en ese espacio atendían a sus pacientes / clientes. De estas anomalías dieron cuenta los periódicos que recogieron las declaraciones de las autoridades de la Secretaría de Salud, al iniciar el sexenio del panista Cabeza de Vaca.

Fue en la época en que Américo Villarreal era subsecretario de Salud, cuando se asoció con Fernando Cano Martínez, (constructor y prestanombres del Geño Hernández), Pedro Etienne Lafon, Javier de los Santos Fraga, Brigida Montemayor de Corcuera, Antonio Rodríguez Morales, Nazario Assad Montelongo (subsecretario de Salud), Jorge Flores Hinojosa y Arturo Dávila de León para crear la Universidad Lasalle de Victoria.

En el hospital de esa institución de educación superior privada aparecieron varios equipos, sofisticados, complejos y muy costosos, que deberían estar instalados y resguardados por los directivos de uno de los hospitales públicos que existen en Ciudad Victoria. La «expropiación» o robo de los equipos hospitalarios, se frustró con la derrota del PRI en la elección de gobernador del 2016.

En los dos sexenios en los que Américo Villarreal Anaya fue subsecretario de Salud y en los cinco años en los que estuvo al frente del Hospital General «Norberto Treviño Zapata» de Ciudad Victoria, la medicina privada fue un negocio muy lucrativo en la capital de Tamaulipas. La medicina privada tuvo auge en esos 18 – 20 años, en los que se realizaron cientos de intervenciones quirúrgicas. Lo extraño es que en Ciudad Victoria no existía ningún hospital privado. Todas la «operaciones» de los médicos particulares, se efectuaron en los quirófanos y usando las salas de urgencias, las salas de cuidados intensivos y las camas de los hospitales públicos y con el equipo de los nosocomios del sector salud.

Durante más de tres lustros se hicieron grandes negocios. Con inversión pública, con hospitales públicos, con los recursos de la «medicina social», se amasaron grandes fortunas de eminentes médicos, cuya ética es inversamente proporcional a su preparación, conocimiento y habilidades.

Esa es la trayectoria del senador Américo Villarreal. Por eso es el favorito de la vieja clase política priista, que mira en el junior del ex gobernador, su boleto de regreso a los grandes negocios, a las chambas más lucrativas, a los empleos mejor remunerados, al usufructo de los bienes públicos, a los privilegios, y al retorno a esa época dorada… Para ellos.

Con toda esta información, que conocen muy bien los victorenses, y por supuesto los panistas, se preguntará usted ¿porque no acusan a Américo Villarreal?, ¿por qué no lo molestan ni con el pétalo de una declaración o nota periodística?, ya no digo citatorio en la Contraloría o en un Juzgado.

No lo molestan porque es uno de los candidatos de Cabeza de Vaca, en morena, para sucederlo en el cargo. Porque tienen acuerdos. Porque está «arreglado».

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