La elección del 2022 en Tamaulipas
Finalmente, la estrategia de MORENA en Tamaulipas, resultó atinada: soltar a todos sus precandidatos a lo largo y ancho del estado, para posicionar entre la ciudadanía a sus cuadros y amacizar la marca que les da sombra. Esta dinámica, ha achicado a los otros partidos: sus precandidatos, se perciben disminuidos, acorralados en sus terruños y las organizaciones políticas que los promueven, se ven paralizadas y acartonadas.
En tanto los aspirantes morenistas recorren el estado con algarabía, sus contendientes apenas balbucean en el paisaje estatal.
El senador Américo Villarreal Guerra, estuvo este fin de semana en Nuevo Laredo y en otros municipios de la frontera; los medios se le acercan, los militantes mas relevantes guindos se cohesionan ante su llamado. En suma: concita esperanza en un segmento amplio de la comunidad fronteriza.
Rodolfo González Valderrama, visitó el sur de la entidad, y sumó a gruesos sectores sociales. Cada día, se le visualiza como un precandidato con mayores consensos. De la docena de seguidores que acudían a su llamado, ahora convoca a centenares en sus eventos. Puso a MORENA en movimiento en un sector tradicionalmente azul: Tampico. Igual en Mante, sitio por excelencia sede de un panismo con grande historia en la localidad.
Héctor Garza González, cerró su serie de actividades en Madero en donde promovió junto a Paco Taibo II, ediciones del Fondo de Cultura Económica, siendo acompañado por centenares de morenistas y no morenistas.
Adrián Oseguera, desde el Ayuntamiento de Madero, continua reforzando su presencia en el sur tamaulipeco y ampliando sus consensos a lo largo del territorio estatal con las medallas que le han colgado por su destacado y relevante trabajo de gobierno. Su labor, por ósmosis, ha llegado a los municipios conurbados sureños, de Tampico y Altamira. A ello suma, su notable impulso y soporte a la red partidista de MORENA en esta comarca.
Hay que resaltar, que esos personajes morenistas, tienen mas de un año que desplegaron sus banderas para incorporarse a la larga travesía de la lucha por la gubernatura. En ese tiempo, lo hicieron con discreción y prudencia; pero desde esas fechas, han estado en constante movimiento.
A ellos, se suman los candidatos morralla. No tienen la menor posibilidad, pero han aportado cierto dinamismo al partido guinda en la comarca.
En el PAN, el tiempo parece convertirse en su peor y más sádico enemigo. A unos días de que empieza el año electoral, César el Truco Verástegui, ha empezado con vigorosos movimientos y Jesús Nader, ha sido encapsulado en su ínsula; a pesar de ello, sigue teniendo una respetable influencia en su región y en el estado a consecuencia de su ejemplar trabajo frente a la Presidencia municipal del puerto.
De Gerardo Peña, ni hablar: es la morralla azul.
El PRI, sigue estando huérfano en referencia a precandidatos.
El único aspirante tricolor que ha levantado la mano, es el nuevolaredense Ramiro Ramos. Su alegato, en el cual funda sus sueños, es que una coalición del PRIAN entregue la candidatura a un priista. Posibilidad, muy remota.
¿Qué generó esos escenarios?
1.- La aniquilación de varios precandidatos azules, producto de la confrontación entre la administración estatal, con la federal.
2.- La inhibición de la emergencia de nuevos cuadros panistas en la entidad. A algunos se les obligó al exilio, a otros se les soslayó de feos modos, y a los mas no se les dió permiso.
3.- La inusitada movilidad de los precandidatos morenistas por toda la región.
4.- La notable actividad del gobierno federal en el estado.
5.- La pérdida de la mayoría en el Congreso local del panismo.
6.- El triunfo de MORENA en las principales ciudades de la entidad.
Pareciera, que la sección del 2022 en Tamaulipas, será de puro trámite.
Veremos, qué dice el PRIAN…