Por Oscar Díaz Salazar
A ver y dejarse ver; a que lo conozca el pueblo; a que lo re conozcan los actores políticos, empresariales, líderes sociales y de opinión; a ganar puntos en las encuestas de conocimiento y de intención de voto; a escuchar a los tamaulipecos; a reforzar su equipo de trabajo; a ver de cerca los problemas del Estado para ir preparando los remedios; a identificar liderazgos y sumarlos a su causa; a tomar el control político de las dependencias federales; a organizar el partido y movimiento; a conocer y que lo conozcan en todos los rincones del Estado; a pactar con los líderes políticos de la entidad; a hacer compromisos con los líderes de opinión; a identificar y trabajar en las fortalezas, debilidades, amenazas y oportunidades, de su persona, de su proyecto, de su partido y del Estado; a aclimatarse; a practicar y afinar su discurso; a reforzar su imagen pública; a hacer un recorrido por todo el Estado, primero de muchos que vendrán a futuro; a dar claridad política a sus correligionarios y prevenir riesgos de movimientos centrífugos; a conversar y hacer compromisos, o evadirlos, con líderes de grupos políticos y posibles patrocinadores; a detectar talentos.
Por supuesto que también viene a supervisar la aplicación de vacunas; a revisar y depurar padrones de beneficiarios de programas sociales; a entregar becas; repartir apoyos en efectivo; supervisar el trabajo sustantivo de la dependencia que va a titular; coordinar el trabajo de las oficinas federales; difundir los programas del gobierno federal; corregir fallas, pues todo es perfectible; corregir y prevenir el uso político de los programas sociales, sobre todo cuando tienen el enemigo en casa y los promotores trabajan para la competencia (el PAN en Palmillas y Nuevo Morelos).
En síntesis, Rodolfo González Valderrama viene por todas las canicas.