Viejecita
La prensa fifís armó un argüende porque el Pejidente se acercó a saludar a una adorable viejecita, allá, en Badiraguato, durante una gira de trabajo.
La Mafia del Poder, un ente perverso y diabólico que busca arrebatarle el poder que legítimamente le pertenece, aprovecha cualquier situación que se presente para atacarlo de manera cobarde e inmisericorde.
Lo critican porque sale a hacer recorridos, a saludar de mano al pueblo y de cachetito a las viejas fodongas, porque el pueblo necesita que su gobernante esté cerca de ellos.
Ayer, luego de terminar su discurso ante un abigarrado grupo de lugareños, la mayor parte campesinos honrados y de buen vivir del tranquilo pueblecito de Badiraguato, un solícito funcionario o empresario le dijo que una humilde anciana, que estaba dentro de una modesta camioneta del año, lo quería saludar personalmente.
El Pejidente, todo bien acomedido y atento como es, se desvió un poquitín y fue hasta donde estaba la cabecita de algodón y la saludó de mano.
“Te saludo, no te bajes. Ya recibí tu carta. Ya recibí tu carta”,-le dijo, y luego procedió a retirarse.
Quienes ven en este gesto un acto de sumisión al narco están en un error.
Fue una deferencia hacia una atribulada abuelita que está pasando por momentos de angustia, ya que su nieto Joaquincito, que es un alma de Dios, está encerrado injustamente.
La prensa fifí exagera y distorsiona la realidad porque quieren arrebatarle el poder.
Quisieran verlo recluido en sus aposentos de Palacio Nacional, igual que millones de familias mexicanas que siguen estrictamente la cuarentena, para orquestar un plan maquiavélico y arrebatarle la Presidencia de la República, al estilo del usurpador Victoriano Huerta.
No dudo ni tantito que de pronto, en alguna de sus próximas giras de trabajo por algún rincón del país, se acerque algún malvado que tenga coronavirus y le tosa enfrente de su cara o le embarre los mocos para contagiarlo con toda la mala leche del mundo y así culminar los perversos planes de la Mafia del Poder.
Todo puede ser posible cuando las fuerzas malignas se confabulan contra un solo hombre, un prócer de la Nación que pasará a la historia como un nuevo Madero o como un Juárez redivivo.