Kabul.- Los talibanes anunciaron este domingo que las mujeres que quieran viajar largas distancias deben estar acompañadas por un hombre su de familia inmediata, nueva señal de endurecimiento del régimen, pese a sus promesas iniciales.
La recomendación, emitida por el Ministerio de la Promoción de la Virtud y la Prevención del Vicio y que circula en las redes sociales, pide también a los conductores que acepten mujeres en sus vehículos sólo si llevan «velo islámico».
«Las mujeres que viajen más de 45 millas (72 km) no pueden realizar el viaje si no están acompañadas por un miembro cercano de la familia», declaró a la AFP el portavoz del Ministerio, Sadeq Akif Muhajir, quien precisó que el acompañante debe ser un hombre.
Esta directiva se produce unas semanas después de que el ministerio pidió a las televisiones afganas no difundir «telenovelas y culebrones con mujeres», y que se aseguraran de que las periodistas llevaran «velo islámico» en pantalla.
Los talibanes no precisan qué entienden por «velo islámico», si se trata de un pañuelo o si abarca también el rostro, ya que la mayoría de las mujeres afganas lucen prendas que cubren mucho más.
Desde su llegada al poder en agosto, los talibanes impusieron diversas restricciones a las mujeres y niñas, a pesar de las promesas iniciales de que su régimen sería menos estricto que el primero (1996-2001).
En varias provincias, las autoridades locales aceptaron abrir las escuelas a las niñas, aunque muchas de ellas siguen sin poder asistir.
A principios de diciembre, un decreto en nombre del líder supremo del movimiento pedía al gobierno que hiciera valer los derechos de las mujeres, pero ese documento no menciona el derecho a la educación.
Los activistas esperan que los esfuerzos de los talibanes por obtener el reconocimiento de la comunidad internacional y recuperar la ayuda que tanto necesita el país, uno de los más pobres del mundo, les lleve a hacer concesiones.
Durante su primer gobierno, los talibanes obligaron a las mujeres a llevar el burka. Sólo podían salir de casa acompañadas por un hombre y no se les permitía trabajar ni estudiar.