RUSIA AMENAZA CON UN DESPLIEGUE MILITAR EN CUBA Y VENEZUELA

Internacional

Moscú. Rusia no descartó ayer un posible despliegue militar en Cuba y Venezuela, de aumentar las tensiones con Estados Unidos, que a su vez replicó que responderá “de manera decisiva” si Moscú envía fuerzas a América Latina.

El vicecanciller ruso, Sergei Ryabkov, señaló que “todo depende de las acciones de nuestros homólogos estadunidenses”, y subrayó que el presidente Vladimir Putin advirtió que podría tomar medidas técnico-militares si Washington actúa para provocar y subir la presión militar en contra de Moscú.

“No quiero confirmar nada, pero tampoco voy a refutar nada aquí”, apuntó el diplomático en entrevista con la cadena rusa RTVI al referirse sobre la posibilidad de tener presencia militar en Cuba o Venezuela.

Ryabkov destacó que Estados Unidos y la Organización del tratado del Atlántico Norte (OTAN) han rechazado la principal demanda de Rusia: una garantía de que la alianza no incorporará a Ucrania y a otras naciones ex soviéticas. Apuntó que las grandes diferencias en las estrategias de los dos bandos ponen en duda la continuidad de las negociaciones.

Agregó que Occidente no está preparado “bajo ninguna circunstancia” para cumplir con las demandas claves de Moscú acerca de garantías de seguridad, como “la no expansión de la OTAN, la reducción de la infraestructura de la alianza y su regreso a las fronteras de 1997”.

Interrogado respecto de que Ryabkov dejó abierta la posibilidad de un despliegue militar en América Latina, el asesor de seguridad nacional de Estados Unidos, Jake Sullivan dijo: “No voy a responder a fanfarronerías en la arena pública”.

Subrayó que no se tocó el tema durante las negociaciones de esta semana y añadió que “si Rusia quiere tomar ese camino, lidiaríamos con ello de forma decisiva”.

El mes pasado, Ryabkov comparó las tensiones actuales con Ucrania con la Crisis de los Misiles en Cuba en 1962, cuando la Unión Soviética envió misiles a Cuba y Estados Unidos le impuso un bloqueo naval a la isla.

Esa crisis concluyó después de que el presidente estadunidense John F. Kennedy y el líder soviético Nikita Khrushchev acordaron que Moscú retiraría sus misiles a cambio de que Washington se comprometiera a no invadir Cuba y a retirar sus propios misiles de Turquía

En Cuba, el comentario del funcionario ruso fue catalogado de una admonición hacia Estados Unidos. “No hay ninguna amenaza de que esto sea un plan, sino sencillamente es una advertencia para que los estadunidenses se pongan en el lugar de los rusos”, explicó a la agencia de noticias Ap el ex diplomático y analista de política internacional Carlos Alzugaray.

Sullivan aseveró, además, que Rusia no ha decidido aún invadir Ucrania, y advirtió que está preparado tanto para continuar dialogando como para responder “con firmeza” en caso de ataque, tras una semana de intensa diplomacia que no logró aventar la amenaza de un nuevo conflicto en Europa.

Ryabkov encabezó la delegación rusa en las pláticas con Estados Unidos el lunes en Ginebra y un día después Washington informó lo conversado a sus socios de la OTAN tras un incremento en las actividades militares rusas cerca de Ucrania, las cuales Occidente teme que precedan a una invasión.

Rusia, que se anexó la península ucrania de Crimea en 2014, niega tener planes de atacar al país vecino. El Kremlin reaccionó a las insinuaciones acusando a la OTAN de amenazar su territorio y exigiendo que la alianza militar no integre nunca a Ucrania ni a ninguna de las otras ex repúblicas soviéticas.

Esta misma semana, Washington y sus aliados rechazaron de forma tajante esa demanda y señalaron que no es negociable, pero la OTAN y la delegación rusa acordaron dejar la puerta abierta a nuevas negociaciones sobre el control de armas y otros temas cuyo objetivo es reducir la posibilidad de hostilidades.

Esta crisis fue abordada en la apertura del Consejo Permanente de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), cuya secretaria general, Helga Schmid, alertó que “la situación en la región es peligrosa. Es imperativo encontrar una manera, por la vía diplomática, de detener la escalada y empezar a reconstruir la confianza, la transparencia y la cooperación.

Al asumir la presidencia rotatoria anual de ese foro, fundado en la guerra fría para favorecer el diálogo Este-Oeste y que cuenta con 57 estados miembros, el canciller de Polonia, Zbigniew Rau, afirmó que “parece que el riesgo de guerra en la zona de la OSCE nunca había sido tan intenso en los últimos 30 años” y añadió: “se trata de un reto importante para la organización, cuyo objetivo es precisamente prevenir la guerra en Europa”.

El embajador de Estados Unidos, Michael Carpenter, sostuvo que Occidente debería prepararse para una posible escalada de las tensiones con Moscú. “El tambor de la guerra está sonando fuerte y la retórica se ha vuelto bastante estridente”, destacó en conferencia de prensa.

Rusia destacó que el diálogo continuaba, pero que se encontraba en un punto muerto al tratar de persuadir a Occidente de que impida a Ucrania entrar en la OTAN y de que dé marcha atrás en la expansión de la alianza en Europa durante décadas, exigencias que Estados Unidos ha calificado de “imposibles”.

“En este momento es realmente decepcionante”, comentó el embajador ruso Alexandr Lukashevich a periodistas tras la reunión de la OSCE, la tercera etapa de una serie de conversaciones entre Oriente y Occidente esta semana.

Advirtió de las posibles “consecuencias catastróficas” si las partes no llegan a un acuerdo sobre lo que Rusia ha denominado líneas rojas de seguridad, pero dijo que Moscú no había renunciado a la diplomacia e incluso la aceleraría.

El vocero del Kremlin, Dmitry Peskov, informó de “algunos elementos y matices positivos” durante las conversaciones, aunque destacó que éstas “fracasaron” debido a los marcados desacuerdos sobre las demandas clave de su gobierno.

“Las conversaciones se iniciaron para recibir respuestas específicas a temas principales concretos que se plantearon y quedaron desacuerdos sobre esos temas principales, lo cual es malo”, apuntó en una teleconferencia con periodistas.

Peskov advirtió sobre una ruptura total de las relaciones entre Estados Unidos y Rusia si se adoptan las sanciones propuestas contra el presidente Putin y otros importantes líderes civiles y militares. Las medidas, planteadas por los demócratas del Senado estadunidense, también apuntarían a las principales instituciones financieras rusas.

Los movimientos de tropas rusas en la frontera con Ucrania “son parte de la presión” que ejerce Moscú para apoyar sus demandas de seguridad, pero “no se trata de negociar bajo presión”, comentó en Brest, Francia, el jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, en momentos en el que bloque decidió prorrogar las sanciones impuestas a Moscú a raíz de esta crisis.

En tanto, la retirada del contingente de paz de la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva desplegado en Kazajistán comenzó ayer después de que la autoridades del país anunciaron que se completó la “operación antiterrorista” en 14 de las 17 regiones tras las protestas antigubernamentales.

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