Por Oscar Díaz Salazar
Con la bandera del pacifismo, la conciliación y las buenas maneras en la política, el presidente municipal de Matamoros, Mario López, apodado La Borrega, ha pretendido esconder la colaboración que de tiempo atrás le brinda al gobernador Cabeza de Vaca y a su partido.
Hasta este momento le ha funcionado el truco de mostrarse avasallado, abusado y víctima del autoritarismo del gobierno estatal, pues esa imagen es mejor a que lo vean, y lo señalen, como traidor a su partido y «entregado» al PAN gobierno.
A partir de su reelección se vio claramente como la Borrega ha venido cediendo espacios y mostrando su buena disposición para que los funcionarios estatales impongan su voluntad en los asuntos que son competencia del gobierno municipal.
Ceder la gerencia de la Junta de Aguas y Drenaje de Matamoros sin la menor resistencia y en una asamblea en la que el diputado local, que podría ser el fiel de la balanza en las votaciones del órgano de dirección de la citada Junta de Aguas, inasistió por tener sesión en el Congreso del Estado, siendo ese su trabajo principal, fue una primera señal de alarma que me llevó a sospechar del alcalde de Matamoros.
Pocos días después, la Borrega recibió, con todos los honores, al jefe de la pandilla de la Vaca Salvatrucha, en un acto en el que puede presumir de haberse apegado al protocolo y la institucionalidad, solo que en el pasado reciente no existió ni protocolo ni institucionalidad de parte del gobernador.
A los pocos días nos sorprendimos con la fotografía de la secretaria de salud del gobierno de Tamaulipas, doctora Gloria Molina, presidiendo la ceremonia de instalación del Comité de Salud, -que por cierto sirve para dos cosas-, en un acto celebrado en la Sala de Cabildo del Ayuntamiento de Matamoros. La Borrega le abrió la casa al gobierno del Estado para hacer política, pues solo para eso sirven esos comités.
En la semana que recién concluyó, y en el contexto de las múltiples y muy sospechosas fugas en la red de gas natural que se registraron en Matamoros, nuevamente se abrió la sala de Cabildo de Matamoros para que sesionara el Consejo Estatal de Protección Civil.
En esa misma línea de colaboración con Francisco N y con el PAN, se puede entender el reporte de la conducta que tuvieron varios ediles de Matamoros, de Morena, que abuchearon al pre candidato a gobernador, en un evento celebrado en la capital del Estado durante el fin de semana.
Solo espero que al precandidato de Morena no se le ocurra decir, y ni siquiera pensar, que La Borrega representa un solo voto.
Ya se cruzan apuestas para ver quién brinca primero a los brazos de Francisco N y del PAN, si La Borrega o el presidente municipal de Soto la Marina… Pero esta es otra historia.
