Ciudad de México.- El 7 de septiembre del año 2005 Portugal se jugaba todo en Rusia. El conjunto lusitano tenía una oportunidad imperdible para conseguir su boleto al Mundial de 2006 que se celebró en Alemania. La selección era dirigida por Luiz Felipe Scolari y contaba con una gran y joven estrella mundial, el delantero Cristiano Ronaldo.
Sin embargo, las cosas se pusieron sumamente tensas en la concentración portuguesa un día antes del partido, ya que el padre de Cristiano había fallecido. Dentro del grupo todo mundo sabía la noticia, a excepción del delantero. Nadie quería dársela, hasta que el técnico tomó la responsabilidad, aseguró para el Daily Mail.
«Fue muy duro. Fue el momento que creó un vínculo entre nosotros, un vínculo que supera la relación entrenador-deportista. Cuando nos llegó la noticia, antes de un partido contra Rusia, nadie sabía cómo decírselo y nadie quería. Así que les dije que lo haría yo porque sabía lo que era perder a un padre. Yo había perdido al mío unos años antes».
A pesar del tremendo impacto, el joven de 20 años le comunicó a Scolari su deseo de jugar contra el combinado ruso: «No puedo hacer nada por mi padre hoy, así que jugaré mañana y luego me iré», reveló el técnico brasileño.
Finalmente, el técnico brasileño se deshizo en elogios hacia el capitán de Portugal: «Es el más dedicado de todos. El más talentoso, y podría no serlo. El talento no es una de las primeras virtudes cuando pensamos en Ronaldo, pero la dedicación es lo que le hace ser quien es. Es la primera virtud cuando pienso en él».