Revocación
El Artículo 1 de la Ley de Revocación de mandato dice a la letra lo siguiente: “La revocación de mandato es el mecanismo de la democracia participativa por medio del cual los ciudadanos ejercen su soberanía para revocar o retirar de un cargo de elección popular, al candidato que resultara electo en la última elección en su distrito o circunscripción electoral, ya sea del poder ejecutivo o poder legislativo federal, mediante el cumplimiento de los requisitos y formalidades establecidos en la presente ley.
Lo que significa que solo vale para el Presidente de la República, senadores y diputados y donde las leyes estatales tendrían que armonizarse para que sea de aplicación general.
Pero vayamos a lo divertido y chimengüenchón del asunto.
Resulta que la revocación de mandato que tenemos en puerta y que culminará el 10 de abril, es una vacilada. Una vacilada muy cara, por cierto.
Si ya se sabe que la cantidad de personas que apoyan al pejidente ALMO anda en más del 70%, significa que es un hecho que los que vayan a las urnas a depositar su opinión, en su mayoría apoyarán que siga adelante al frente del gobierno.
Ni la liberación del Chapito, ni el besamanos a doña Chelito Loera, a quien le dijo: “Te saludo, no te bajes. Ya recibí tu carta”; tampoco la política de abrazos, no balazos, ni el retiro de medicamentos a niños con cáncer, ni las faraónicas y costosas obras del aeropuerto “Santa Lucía” y el tren maya, o la matanza de periodistas, o los ataques de Loret… ¡Nada parece hacerle mella a su popularidad!
¡Parece blindado!
Y ciertamente, lo está, porque aún hoy en día llega a las cansadas manos de millones de viejecitos a lo largo y ancho del país, con lo que también se benefician los hijos y los nietos.
Y como los pobres siguen siendo mayoría, ¡ya la tiene hecha!
Malo sería si de pronto todos nos sacáramos la lotería y tuviéramos para comprarnos una casa como en la que vive su hijo José Ramón.
Entonces sí, nadie votaría por él.
Pero como ese es un sueño guajiro, no me imagino que después del día 10 el Pejidente derrame algunas lágrimas, agarre sus tiliches, salga de Palacio Nacional y se vaya a La Chingada. (Nota de la Redacción: No es una palabra ofensiva usada por nuestro colaborador. La Chingada es, efectivamente, el nombre de su rancho ubicado en Macuspana, Tabasco).
Por todo lo anterior, el proceso de votación para la revocación de mandato será completamente inútil y nos costará muchos millones de pesos a los mexicanos llegar a la conclusión que ya sabemos: Que ALMO seguirá ejerciendo hasta el término de su mandato constitucional.
Todo es plan con maña. Habrá un período, del 2 al 10 de abril en que se empalmará la consulta con el proceso electoral para elegir a gobernador de seis Estados del País y todo mundo estará pendiente de su desarrollo.
Si López Obrador marca agenda todos los días con su Mañanera, su imagen, sus palabras y sus pausas seguirán estando presentes en todo momento, y lo que diga y haga redundará a favor de los candidatos de su partido.
Ya veremos si salen nuevos loretazos.
El último, el del hijo incómodo, sí llegó a tambalearlo un poco, pero no lo tumbó. Veremos qué sigue.
Por lo pronto, va el refrán estilo Pegaso: “Evento que no influye para que cese tu energía vital, te produce mayor fortaleza”. (Lo que no te mata, te hace más fuerte).