La relación con Dios, garantiza el éxito.
Por: Jesús Elías
Contador Público de profesión, periodista por afición. Sin duda cada participación es un privilegio para mí, hoy quiero contar mi historia como nota de prensa. ¿Cómo llegue a la fraternidad? Siempre pensé que lo que les daba valor a las personas era un título universitario y la cantidad de dinero que guardaba su cartera.
Pues déjenme decirles que llegue sin cartera y sin título universitario, totalmente destruido y con ganas de morir. Hace ya casi 14 años, pero lo importante no es como llegue sino como estoy ahora. Una reunión de FIHNEC fue la diferencia entre la vida y la muerte. Entre el éxito y el fracaso, entre la oscuridad y la luz.
Si soy CATOLICO ¿Por qué necesite de los Hombres de Negocios? La respuesta es simple, porque no tenía una relación con Dios. Nací en un hogar católico: mi padre, mi madre, dos medios hermanos y yo. Esa era mi familia, esa era mi religión. Nací enfermo, aunque mi seguridad estaba en la economía de mis padres.
Antes de cumplir 20 años, mi padre fallece y la economía se vuelve polvo. Aquí lo importante no fue el ¿por qué?, sino el ¿para qué? Entonces me toco reconocer mi discapacidad (visual), me incomodé con mi familia porque no había dinero y sin embargo seguí creyendo que solo por mi media carrera tenía derecho a un trabajo.
No puede haber un negocio prospero con un empleado enfermo, no puede haber una familia unida con un hermano incómodo. No puede haber un hombre feliz, si no está conectado a la fuente del AMOR. Eso me faltaba y lo encontré con los Hombres de Negocios, ¿Cómo conectarme con Dios? Hablándole como a mi mejor amigo.
Llegue sin cartera y sin título, pero la relación con Dios a través de Jesucristo cambio favorablemente las cosas. Atendí las recomendaciones: comencé a leer la Biblia, conocí a fondo mi Iglesia y sobre todo cuando tome enserio las reuniones de FIHNEC; primero llego el título, después la cedula profesional y al último el dinero.
No quiero hacer alarde de cantidades y fechas, pero de los 14 años que llevo en esta organización (FRATERNIDAD INTERNACIONAL DE HOMBRES DE NEGOCIOS) hace 8 que soy formalmente Licenciado en Contaduría Pública y Finanzas y aunque no pude trabajar en el gobierno ni con una empresa en lo particular, si soy productivo.
Mi salud no ha tenido grandes cambios, sin embargo, logre salir de un fuerte proceso depresivo y mejorar mi vida para así poder ayudar a otros. Se escucha fácil, pero con el pronóstico en contra no lo ha sido tanto. ¿problemas para escribir? En libreta y sin embargo hace 5 años escribo una columna de opinión, sin ser periodista.
¿Cómo que no eres periodista? No lo soy, mis propuestas viables son un pasatiempo. Mi familia hoy, lo más importante. Siempre estoy para ellos, aunque no lleven mi sangre. “Porque cualquiera que hace la voluntad de mi Padre que está en el cielo, ése es mi hermano, mi hermana y mi madre” (Mt. 12, 50)
No importa como estas llegando, importa como estarás en 5 años. Soy un Hombre de los Negocios de Dios: leo la Biblia, participo en mi Iglesia y tengo un Trabajo.
¿Por qué ha valido la pena pertenecer a FIHNEC? NO solamente ha valido, sino que vale la pena. Recuerdo como recriminaba a mi madre por su fe y llego un momento en que la situación se invirtió. Hoy por hoy es Jesucristo el pilar de mi vida y mi madre, la persona a la que después de Dios le debo todo. Mi vida, mi carrera, haber recuperado mis sueños y el seguir caminando conmigo en esta aventura. Ella misma reconoce que a partir de fraternidad, “Mi Vida NO es Igual”
NO menosprecio la vida de Iglesia, porque es ahí donde puedo nutrirme de la Palabra. Sin embargo, reconozco que haber conocido al Señor Jesucristo, como mi mejor amigo fue lo mejor que me paso. Un probable suicidio se convirtió en un camino de fe: ahora gracias a Jesucristo, a la Fraternidad Internacional de Hombres de Negocios y a la comunidad católica Misioneros Servidores de la Palabra MSP; NO solamente desistí del suicidio, sino comencé a tener amigos
Ese es Jesucristo, un personaje real que cambia vidas. Ya no soy el hermano incómodo, ahora tengo una buena relación con mi familia de origen y con mi entorno. Ya no hay depresión en mi vida, una de mis hermanas dice que soy como el oxígeno. Mi cartera la surte JESUCRISTO, él es mi socio, amigo y SEÑOR.