LETAL FRANCOTIRADOR SE ENROLA A MILICIA UCRANIANA

Internacional

EL SINODAL DE TAMAULIPAS 

Ontario, Canadá.- Este jueves se dio a conocer que Wali, el francotirador más letal y famoso de Canadá, ya se encuentra en Ucrania para unirse en su lucha contra Rusia como parte de un contingente canadiense para ayudar, ya que cuenta con un impresionante registro de muertes de enemigos. 

 “Quiero ayudar a los ucranianos. Es tan simple como eso. Tengo que ayudar porque hay gente aquí siendo bombardeados solo porque quieren ser europeos y no rusos. Hace una semana todavía estaba programando cosas”, declaró. 

 “Ahora estoy agarrando misiles antitanque en un almacén para matar gente real…Esa es mi realidad en este momento. Mi esposa se opuso a la idea, pero esa fue la más parte difícil de la decisión”, declaró durante una entrevista con CBC News. 

Aunque no lo nombró, el francotirador en cierta forma está respondiendo al llamado que hizo Volodimir Zelensky a fines de febrero: “Todos los extranjeros que deseen unirse a la resistencia contra los ocupantes rusos y proteger la seguridad internacional están invitados por el gobierno ucraniano a venir a nuestro territorio para unirse a las filas de nuestras fuerzas territoriales”. 

Según explicó Wali, hay varios grupos informales de antiguos soldados que han estado respondiendo a las convocatorias. Aunque Canadá desaconseja viajar a la zona, no se opone a que sus ciudadanos se unan a las filas para enfrentar a Rusia. 

A sus 40 años, Wali afirma que no dudó mucho en viajar, pese a que su vida cambió mucho desde las campañas que realizó en Medio Oriente. Está casado y tiene un bebé que está a semanas de cumplir su primer año, probablemente sin la presencia de su padre. 

“Es terrible. Pero en mi cabeza, cuando veo las imágenes de destrucción en Ucrania, veo a mi hijo en peligro y sufriendo. Cuando veo un edificio destruido, veo a la persona que lo posee, que ve cómo se esfuma su fondo de pensiones. Voy por razones humanitarias”, explicó al portal La Presse. 

El francotirador no llegó con un arsenal. En su mochila empacó una máscara antigás, un traje de camuflaje, unos prismáticos y el chaleco de combate que usó en Afganistán. “Probablemente nos darán armas y placas de blindaje en el acto. 

Incluso espero que sea fácil, incluso surrealista, como si nos llevaran a un almacén y nos dijeran: ‘Toma, sírvete, hay lanzacohetes aquí, misiles allí’”, había dicho antes de partir. 

Pero considera que el teatro de operaciones no se parecerá a lo que vivió antes. “Es una guerra de movimiento, más convencional, muy mecanizada, en la que cada bando tiene un uniforme muy identificable”, explicó. 

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