Por Oscar Díaz Salazar
Enseñando el cobre desde el inicio, desde el primer asunto que le tocó desahogar como “mandamas” del Congreso del Estado, el diputado panista Felíx “Moyo” García, nos muestra que será la ilegalidad lo que distinga a su gestión, tal y como ocurre con su patron, el señor Francisco N, el desaforado gobernador de Tamaulipas.
El nuevo presidente de la Junta de Coordinación Política del Congreso del Estado (jucopo por sus siglas), el neolaredense que tiene finta y modos de porro, el Moyo García, se pasó por el arco del triunfo el procedimiento para elegir, -en este caso sustituir-, al Secretario General del Congreso y por la vía del fast track y la ilegalidad, ya instaló a un paisano suyo en ese cargo.
El Jucopro de Nuevo Laredo omitió el trámite de consensar al interior del órgano de dirección del Congreso, la dichosa jucopo que hoy preside por obra y gracia de los cañonazos de cincuenta mil y las traiciones de los diputados del sur, el nombre del aspirante al cargo que se presentaría al pleno para su discusión y votación, aprobatoria o de rechazo, según el caso.
Con estas acciones que lleva a cabo en su debut como titular de la juCOPRO, el Moyo García nos demuestra que los panistas exigen la aplicación de la ley, en los bueyes de mi compadre, y está más que visto que cuando ellos tienen la sartén por el mango, la ley, los reglamentos, las buenas maneras y la cordialidad politica, simplemente no aplican.