La Comuna/ Por José Ángel Solorio Martínez

Opinión

“Lo que se opone, apoya…”

 Alejandro Rojas Durán, está con el agua al cuello. Sus quejas, no han permeado en la militancia y sus denuncias jurídicas, no prosperaron. Ante esos escenarios, le queda poco tiempo de protagonismo -al menos que de una vez por todas, se eche abiertamente en brazos del PAN- en las filas de MORENA-PV-PT.

Los alegatos de Rojas Durán, son cada vez más anodinos.

En unos días ya no habrá fisura jurídica por la cual pueda filtrarse ni un ápice de una narrativa que pretende ser democrática, pero que daña a su partido y a su candidato.

(¿Qué militante sensato y justo, puede desear el resquebrajamiento de su partido? ¿Qué ciudadano, puede desear el debilitamiento de su candidato en un escenario tan importante, por lo histórico, en Tamaulipas? ¿Quién puede estar interesado en deslegitimar una elección interna que se ajustó a una Convocatoria y se apegó a los derechos de los participantes en ese proceso? ¿Qué pensamiento democrático, siéndolo, aspira a fortalecer al candidato opositor al suyo?).

La propuesta más consistente, hoy, de él, es:

“Américo está cayendo en las encuestas”.

Como dijera la famosísima cantante:

-¿Y..?

La coalición MORENA-PV-PT ya decidió.

“Américo, es el candidato a la gubernatura de Tamaulipas”, establecieron.
Pide Alejandro, reemplazar al candidato.

¿Bajo qué criterio?

¿Porque a su juicio, puede perder la elección?

Descabellado razonamiento.

En principio, en todo proceso electoral, justo, imparcial, equitativo, cualquier candidato puede perder o puede ganar.

Luego lo esencialmente democrático: fue electo por sus instancias partidistas que le aportaron legalidad y legitimidad a su candidatura.

La estrategia de Rojas Durán, lleva tufo de sospecha; primero torpedea la candidatura de Villarreal Anaya, para mancharla, disminuirla, para pedir en seguida, se cambie de candidato a mitad del proceso electoral, porque “puede perder”.

Ningunos comicios, en la historia de Tamaulipas, habían tenido chispas tan oscuras como aviesas, semejantes a los de la actualidad. Ni siquiera aquel lejano año de 1932 en que Portes Gil y el portesgilismo fueron arrasados por el huracán nacional que era el PNR.

No se puede remover al candidato, por estas razones:

1.- Vulneraría los derechos partidistas de Villarreal Anaya. Fue nominado a través de proceso partidista, legalmente articulado. Con un simple escrito al TRIFE, recuperaría -en ese remotísimo caso- su estatus de candidato.

2.- La oposición de Rojas Durán, a Américo, se transformó en una estruendosa postura mediática. Insiste en litigar en los medios, sus inconformidades y no ante las autoridades electorales.

3.- El inconforme, cada día se ve más famélico en sus soportes. Se ganó la ovación de la fanaticada, cuando se opuso al gobierno estatal; ahora, cada día se ve más cerca y fraterno de los enemigos de la IV T y más lejos del proyecto de MORENA para Tamaulipas.

¿Y Américo?Sigue en lo suyo: preparándose para la jornada electoral constitucional.

Bien lo decía, Reyes Heroles:

-Lo que se opone, apoya…

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