La Comuna/ Por José Ángel Solorio Martínez

Opinión

 La reelección de AMLO

El presidente Andrés Manuel López Obrador, sigue dando cátedra de política y buen gobierno a sus detractores. Independientemente de que el INE haya expuesto todas sus fobias contra la democracia y contra el líder de la IV T, el ejercicio de la revocación de mandato, fue un éxito. 

AMLO, se queda. 

Tuve la oportunidad de votar en una casilla urbana. 

Decenas de tamaulipecos de la tercera edad, con andaderas, bastones y muletas, hicieron filas para sufragar. Cruzaban las boletas, a ojos vistos. Y lo hacían a favor del Peje. 

Aún no hay resultados oficiales. 

Sólo se infiere que millones salieron a dar su apoyo a López Obrador. 

Las oposiciones, optaron por llamar a no votar. 

¿No querían botarlo de la presidencia? 

¿Qué oportunidad más grande tuvieron de eliminarlo del escenario nacional para regresar al PRIAN y vender de nueva cuenta el petróleo y la energía eléctrica? 

¿Acaso no les dieron la posibilidad de defenestrar al Ejecutivo federal y echar abajo el Tren Maya, la refinería de Dos Bocas y de privatizar el aeropuerto internacional Felipe Ángeles? 

¿Qué otra oferta más generosa para los conservadores, que ésta para entregar el litio -dicen que será la fuente de energía del futuro- a los extranjeros? 

¿Tendrán otra eventualidad, como para correr a López Obrador, y seguir apoyando a instituciones tan deplorables como el INE? 

La tuvieron, era de ellos, y la dejaron ir. 

(Parafraseando el Perro Bermúdez). 

Otra circunstancia tan amigable no la verán, los adversarios del presidente. 

El fantasma de la doblada se hizo presente en el proceso de revocación de mandato. Ese es, el dolor de los victimados por la avalancha de boletas cruzadas por el “que siga AMLO”. 

Para un servidor, que vengo creyendo en la esperanza, desde aquella ocasión en que Valentín Campa Salazar con el auspicio de la bandera de la hoz y el martillo, buscó la presidencia de la república -en los, convulsos años 70- pasando por la candidatura de Arnoldo Martínez Verdugo y luego por la de Cuauhtémoc Cárdenas para cerrar con AMLO, la acción de votar en estos comicios, resultó ser gratificante. 

Muy gratificante. 

En términos concretos, reales, palpables, Andrés Manuel, se reeligió ayer domingo. 

No sólo porque trabaja 16 o 18 horas diarias. (Lo que ningún presidente ha hecho). Una aritmética sencilla, deberá hacernos comprender que el legendario Peje, trabajó el doble que sus antecesores; es decir: a estas alturas del partido, lleva seis años en el cargo y en su responsabilidad. 

En la sombra de esas cifras, vaporosamente se mueve el espíritu de la doblada. 

Bien harían sus odiadores, en poner su espalda a la pared… 

…empieza hoy lunes, el segundo sexenio de la IV T. 

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