EL SINODAL DE TAMAULIPAS
Jerusalén.- Al menos 152 palestinos resultaron heridos el viernes en enfrentamientos con la policía de Israel dentro del complejo de la mezquita de Al-Aqsa en Jerusalén, en el más reciente brote de violencia que ha avivado el temor a que estalle otro conflicto.
La mayoría de las lesiones entre manifestantes palestinos fueron provocadas por balas de goma, granadas de aturdimiento y golpes con porras de los policías, dijo la Media Luna Roja Palestina.
Las fuerzas de seguridad israelíes han estado en alerta máxima después de una serie de ataques de personas de procedencia árabe en las calles de varios puntos del país durante las últimas dos semanas.
Los choques en el recinto de Al-Aqsa en la Ciudad Vieja amurallada de Jerusalén plantean la amenaza de un episodio más grave, como la guerra de Gaza que tuvo lugar el año pasado.
El complejo de Al-Aqsa se asienta sobre la meseta de la Ciudad Vieja de Jerusalén del Este, que fue capturado por Israel en la guerra de Oriente Medio de 1967, y es conocido por los musulmanes como al-Haram al-Sharif, o El Noble Santuario, y por los judíos como el Monte del Templo.
En un comunicado, la policía israelí dijo que cientos de palestinos arrojaron petardos y piedras contra sus fuerzas y hacia el área de oración judía cercana del Muro de los Lamentos en la Ciudad Vieja después de las oraciones matutinas de Ramadán.
Añadió que la policía ingresó luego al recinto de Al-Aqsa para «dispersarse y hacer retroceder (a la multitud y) permitir que el resto de los fieles abandonaran el lugar de manera segura», y agregó que tres oficiales resultaron heridos en los enfrentamientos.
La policía detuvo a cientos de palestinos, dijo en un tuit un portavoz del primer ministro israelí, Naftali Bennett.
«Estamos trabajando para restaurar la calma, en el Monte del Templo y en todo Israel. Además de eso, nos estamos preparando para cualquier escenario y las fuerzas de seguridad están listas para cualquier tarea», dijo Bennett.
El Ministerio de Relaciones Exteriores de Palestina, refiriéndose a la violencia en el complejo sagrado, dijo que el episodio «hace a Israel total y directamente responsable de este crimen y sus consecuencias».