EL SINODAL DE TAMAULIPAS
Ciudad de México.- Recuerdan las personas cercanas a Christian Pulisic (Hershey, Pensilvania, 18 de septiembre, 1998) esa noche del verano de 2014 en la que el adolescente se sentó en la mesa de la cena visiblemente nervioso y preocupado por una decisión trascendental que debía tomar, dilema que había surgido gracias a sus capacidades para jugar al futbol.
Desde meses atrás, su teléfono no paraba de sonar y muchas veces del otro lado escuchaba acentos extraños, aunque pocos lo inquietaron tanto como el de esa persona que decía formar parte de la estructura del Borussia Dortmund, club que apenas un año atrás había llegado a la Final de Champions League.
Sabía lo que significaba esa llamada, pero también, que pronto, debía tomar una decisión, algo que lo hacía titubear, porque de aceptarlo significaba separarse de amigos, de familiares y de su cómoda vida por una apuesta siempre incierta.
Además, iría a otro país en calidad de desconocido y tendría que aprender un nuevo idioma, una apuesta no muy diferente a que representaba la oferta del PSV Eindhoven, otro club que era insistente por sus servicios. Esas apuestas eran seguras, pero sus temores grandes, pero algo debía hacer, y lo hizo para convertirse en la primera superestrella de Estados Unidos.
Con el futbol en la sangre
Varios años atrás, Kelley y Mark Pulisic, padres del prodigio estadounidense, practicaron futbol en la Universidad George Mason, aunque solo el segundo hizo una carrera en el futbol sala en el Harrisburg Heat, y hay quien dice por eso que Christian heredó sus cualidades, aunque ambos prefieren decir que no fue así.
Simplemente, han asegurado ambos, fue un chico que tomó el balón y empezó a patearlo, así como lo hacían otros a su edad en su país, aunque con bates de béisbol o balones de americano. Por igual, verlo a los 4 o 5 años sentado en la sala viendo un partido fue algo habitual en una familia que es complementada por Kelley y Chase, los otros dos hijos.
“Él no fue forzado (a jugar el futbol)” de ninguna manera. Quería asegurarme de que él estaba tomando la decisión. Las cosas no funcionan si obligas a los niños a entrenar”, diría Mark a Philly.com (2016), en tanto que Kelley recordaba cómo Christian se ponía a realizar malabares con la pelota con la promesa de que no entraría a casa si no rompía alguna marca.
El método Christian Pulisic
De lo que sí se encargaron ambos fue de darle las herramientas necesarias para que pudiera pulir sus cualidades, aunque fue muy particular lo que sucedió en Detroit, ciudad a la que arribaron, gracias a una propuesta que recibió su padre para entrenar Indoor Soccer, y después de un breve paso por Inglaterra, donde Pulisic jugaría en el Brackley Town.
En su apasionante carrera de estratega, Mark se dio cuenta que los chicos sudamericanos no crecen en grandes campos verdes, sino que sus primeros años suelen transcurrir en pequeñas canchas de futsal, donde se corre más, el balón circula a gran velocidad y los toques deben ser más precisos. Y ya que no había liga de futsal a la ciudad que habían arribado, se dio a la tarea de crear una ¡y fue genial!
Christian continuó ahí con su formación, pero lo hizo junto a chicos de mayor edad para que pudiera mejorar también su regate, ya que al enfrentarse a futbolistas de piernas más largas tenía que aprender a alejar más el balón; por igual, entendió que debía ser más veloz para que sus acciones fructificaran.
Tab Ramos y el último impulso
Convertido ya en una pequeña joya, ahora lo que faltaba era esa mano que lo tomara y encaminara al futbol profesional, siendo Tab Ramos, un exseleccionado de Estados Unidos que jugó la Copa del Mundo, quien se la daría.
Ramos vio a Pulisic en un torneo juvenil y lo recomendó a los entrenadores que formaban parte de la estructura de la US Soccer, lo que llevó al joven a vivir en Florida, donde fue observado por cazadores de talentos de todo el país y de otros lugares, ya que desde hace algunos años que el potencial físico de los jóvenes estadounidenses enamora a cualquiera.
Steve Klein, director de entrenamiento de PA Classics, el club de la Academia de Desarrollo de Futbol de Estados Unidos le daría la bienvenida a su institución, convencido de los descomunales dotes que tenía. Llegó a los 11 años y estuvo ahí hasta los 16.
«Su toque con el balón era excelente. Y su visión… Era un muy buen pasador. Tenía buena rapidez. Tampoco había crecido del todo realmente; a partir de ahí fue la mayor duda: no sabes en lo que puede convertirse”, diría Klein a The Philadelphia Inquirer (2016).
Se decidió por ir a Alemania
Pasados algunos meses de esa trascendental charla que hubo en la familia, Christian Pulisic firmó con el Borussia Dortmund (febrero, 2015), gracias a que había conseguido pasaporte comunitario por ser nieto de un migrante croata.
Estaba en un sitio donde les aseguraron una educación top, pero también verdaderas opciones de crecer dentro del futbol, algo que palparon muy pronto, ya que el prodigio debutó en la Bundesliga a la edad de 17 años el 30 de enero de 2016 ante el FC Ingolstadt 04.
¿Cuánto costó Pulisic al Chelsea?
El resto es esa parte conocida en la que ganó la Copa de Alemania antes de dar el paso al Chelsea por 64 millones de euros, para convertirse en el primer estadunidense en ganar una Champions League y el más caro de la historia, pero también para confirmar que hoy en Estados Unidos puede presentar superestrellas, algo que hacer soñar en grande a su país en Qatar 2022.
Estados Unidos forma parte del Grupo B, junto a Inglaterra, Irán y el ganador del repechaje europeo, entre Escocia-Ucrania ante Gales.